La conclusión es clara. “El número de centros educativos de
la Ciudad, en algunas etapas de la primera mitad del siglo
pasado, no se correspondía con el número de alumos”. Ésta es
la principal conclusión que la recién doctorada, Vicenta
Marín Parra, extrae de su tesis ‘La Educación en Ceuta
durante el período del Protectorado español en Marruecos
(1912-1956)’.
Aunque no siempre fue así. Marín asegura que, durante el
reinado del monarca Alfonso XIII, el privilegio de la
educación masculina sobre la femenina se materializó en un
30 por ciento de centros más para los chicos.
Estas diferencias siempre han interesado a la investigadora
que, aunque nacida en Almería, fue considerada como “una
ceutí” en el discurso de la presentación de su tesis.
Dirigida por la doctora Pilar Ballarín Domingo, del
Departamento de Pedagogía de la Universidad de Granada,
Vicenta Marín trabajó durante seis años en el estudio de un
tema del que no se sabía demasiado. “Hemos abierto la puerta
a futuras investigaciones”, comenta.
Diferentes políticas educativas
Según la doctora, durante la II República se construyó un
mayor número de centros públicos mientras que durante las
dictaduras de Primo de Rivera y Franco, el crecimiento
interanual de centros privados superó al de los públicos.
En el trabajo de campo, estudió todos los centros
educativos, desde primaria hasta el centro de estudios
hispano-marroquí, creación de la Escuela de Magisterio y
otras enseñanzas artísticas.
El número de habitantes por centro educativo, en muchas
ocasiones, fue desfavorecido para la Ciudad Autónoma. Pero
Ceuta no estuvo más desamparada que el resto de provincias.
Lugar de paso
El período del Protectorado español en Marruecos convirtió a
Ceuta en un lugar de paso. La doctora propuso, como
hipótesis, que este fenómeno debía haber producido un mayor
número de centros de enseñanza en la Ciudad Autónoma en
proporción al crecimiento de la población que se produjo en
la ciudad. Muchas familias de militares “se asentaban en
Ceuta”. Sin embargo, “esta población, mayoritaria en la
ciudad, no se asentó del todo”, sostiene.
Durante la investigación, que compaginó con sus clases en la
Facultad de Educación, encontró dificultades en cuanto a
documentos que se habían extraviado. La Educación ceutí
dependió del distrito universitario de Sevilla durante
décadas, que a su vez era la cúpula de la administración
gaditana.
Vicenta Marín agradeció el apoyo ofrecido por las
instituciones y bibliotecas de la Ciudad aunque reconoció
haber tenido más problemas en el acceso a los centros
privados.
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Una guía para futuros trabajos
Hasta ahora mismo, todo lo que se
había hecho sobre Educación en Ceuta eran trabajos “muy
puntuales” y “muy escasos”. A partir de este estudio, se
abren las puertas para futuros doctorandos interesados en la
materia. Marín, licenciada en Pedagogía, asegura que seguirá
implicada en la investigación de un tema en el que queda
“mucho por hacer”.
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