La última llegada de inmigrantes a la valla de Melilla, hace
aproximadamente dos semanas, se saldaba con tres personas
muertas, una en suelo español y otra, en marroquí. Y
motivaba una pretensión de cambio: la empresa constructora
de la sirga tridimensional estudia revestir el cableado de
la estructura para evitar que los inmigrantes que traten se
superarla no resulten heridos. Al parecer, los subsaharianos
que lograron entrar en territorio español (de un grupo de
hasta 70 personas) presentaban cortes, heridas y rasguños
que se habrían producido por el contacto con los cables de
la sirga.
De momento, la empresa que levanta la sirga en Melilla sólo
estudia la posibilidad de forrar esta parte de la
estructura. Según señaló el presidente de la entidad
constructora, Alfonso Sallán, “si uno se tira desde una
altura de seis metros, sea sirga o cemento, se va a hacer
daño. Evidentemente, vamos a estudiar en algunos puntos
poner alguna protección más”. El directivo defendió, por
otro lado, que ninguno de los materiales con los que se está
construyendo es “cortante o punzante” y subrayó la
exclusividad del diseño de la valla tridimensional que, en
el caso de la Ciudad Autónoma de Melilla, consta de diez
kilómetros de largo, 1.200 kilómetros de cable con un grosor
variable.
En septiembre
Si se cumplen los plazos establecidos, y no se vuelve a
producir ningún otro retraso, al sirga tridimensional de la
frontera de Ceuta comenzará a levantarse a lo largo del mes
de septiembre.
El calendario previsto por la administración central señala
que la estructura ceutí sólo comenzará a construirse una vez
finalice la melillense.
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