El alcalde de Abegondo, Juan José Rocha Carro, ha pasado
tres días en Ceuta por cortesía del Centro Gallego, que como
viene siendo habitual para la celebración del Día de
Galicia, invita cada año a un municipio representativo, para
que acudan a la Ciudad Autónoma junto a su banda municipal.
En este caso, el grupo invitado fue ‘Ecos do Mero’, que
amenizó con su amplio repertorio la cena de gala, celebrada
el viernes, y la de hermandad, en la noche de ayer.
Juan José Rocha Carro define su municipio como “un
pueblecito residencial, integrado en el área metropolitana
de A Coruña, que ha conseguido reconvertirse, de zona
agrícola y ganadera, a territorio apto para el ocio y el
tiempo libre”, afirma el alcalde de Abegondo, quien también
apunta que esta transformación no ha hecho perder al
municipio su identidad rural.
Rocha, que gobierna con el Partido Popular, es un gran
defensor y conocedor del rural gallego, como muestra su
libro ‘Currunchos de Galicia’ (Rincones de Galicia), donde
afirma que Abegondo “es un curruncho de As Mariñas”. Con
esta publicación como base, el Centro Gallego tiene previsto
organizar una conferencia en septiembre, dentro de su
programa cultural, con el título ‘Pazos de Abegondo’. “En
nuestro pueblo gobernaron los linajes de Quiroga y Figueroa,
a quienes pertenecieron la mayoría de los pazos que aún se
conservan”, apunta el alcalde.
Juan José Rocha Carro conoció Ceuta en 1982, cuando vino a
cumplir el Servicio Militar. “Estuve en la Unidad de
Veterinaria y Remontes, por la zona de Benítez. No sé por
qué, pero siempre ha habido muchos gallegos en las tropas de
reemplazo en Ceuta”, asegura. De la ciudad que conoció en su
momento ya queda poco, aunque la recuerda con afecto. “Ceuta
es una ciudad moderna, dinámica, joven y viva. No se observa
ninguna desventaja respecto a la península y estar a la
altura requiere, seguro, un esfuerzo extra”.
Abegondo no ha sido una de los pueblos gallegos más
castigados por la necesidad de emigrar, aunque, preguntado
por ello, Juan Manuel se acuerda de los masivos asaltos a
las vallas fronterizas de Ceuta y Melilla. “Antes se
emigraba con la convicción de encontrar una vida mejor, se
hacía por contactos con otro que llegó antes. Hoy en día lo
hacen por pura desesperación, sin saber siquiera lo que se
van a encontrar en el otro lado. Tienen que estar viviendo
un infierno para optar por la incertidumbre de una vida en
España, arriesgando la vida en el camino”, concluye el
alcalde de Abegondo.
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