Hoy sábado, os lo tengo que
contar, como el que no quiere la cosa, me voy de boda.
Oiga, amigo guardia,ya sabe usted que no soy muy amante ni
de las bodas ni de los bautizos porque, el ir a ellos, me
supone un gran sacrificio al tener que colocarme un traje y,
ni te cuento, si me tengo que poner corbata. Eso es
demasiado para mi body.
No es que, personalmente y en persona, me guste mucho eso de
tener que ir de bodas, más que nada por el rollo macabeo de
tener que ponerte chaqueta y corbata.
Abro el armario, para ver qué traje me pongo y qué corbata
me pega con la camisa. Enorme problema el tener que elegir
entre el traje azul o el traje azul. Decido ponerme el traje
azul con una camisa blanca y deshecho el ponerme corbata que
me hace ir como un florero y se me atraganta hasta el agua
que vaya a beber. De todas formas, no incumplo ningunas de
las reglas del juego porque, en estos momentos de
modernidad, se lleva el traje sin corbata. Cosa que ha
comprobado, servidor, en los presentadores de la tele, que
salen descorbatados.
Me las paso canutas, intentando ponerme el traje, debido que
uno ha tenido una ampliación de barriga.O sea eso que le
llaman la curva de la felicidad.
No sé la razón de porqué le llaman al asunto,ese de aumentar
la barriga la curva de la felicidad, cuando ninguno deseamos
tener ese aumento de la tripa que, además de incomodo y
tener que gastarte una pasta gansa en comprarte ropa nueva,
es una jartá de feo dando la sensación de estar de siete
meses.
Tengo que hacer un esfuerzo, pero es de todo punto
necesario, nada más que tengo ese traje y, por tanto esa
chaqueta.Y es que, a servidor, no le va el cambiarse de
chaqueta, siempre ha tenido la misma y esa es la que sigue
teniendo.
Oiga, cada quisqui, puede tener en sus armario todas las
chaquetas que les venga en gana. Así se pueden cambiar de
chaqueta cada vez que les apetezca ¡Será por cambios de
chaquetas!.
La verdad sea dicha, voy haciendo un enorme sacrificio,
tratando de meter la barriga hacia adentro para poder
abrocharme el botón de la chaqueta. ¡Menos mal que no llevo
corbata!.
Tengo que decir y digo, que no me importa nada hacer ese
sacrificio y uno mayor si hace falta para asistir a la boda
de Pachi e Inma, que han decidido casarse, hoy, en la Santa
Iglesia Catedral a las nueve de la noche, usease a las 21
horas que dirían los cursis.
Y digo que estaría dispuesto a hacer el sacrificio que haga
falta para asistir a esa boda, porque la novia, mi partícula
Inmaculada es, nada más y nadamenos, mi ahijada.
Uno le tiene, a su ahijada, un gran cariño.Un cariño como
dice la copla verdadero. Porque el cariño verdadero, el que
sale de eso que tenemos en el centro del pecho, algo ladeado
a la izquierda, es el mayor de los sentimientos.Y ese
sentimiento real y autentico, es el cariño verdadero que,
como dice la canción ”ni se compra, ni se vende”.
Nunca he sido esa clase de persona dada a expresar sus
sentimientos alardeando de ellos de forma pública.He sido
todo lo contrario, me cuesta un enorme trabajo expresar mis
sentimientos porque, tengo el pleno convencimiento de que
los sentimientos son algo tan íntimos que no hay que hacer
alardes de ellos.
Por eso, Inmaculada, hoy tampoco los voy a expresar, pero en
el fondo de mi alma, que se rompiera de emoción en pequeños
cristalitos de colores cuando te vea dirigirte al altar,
llevarás todo el gran cariño que siento por ti.
A Pachi, no le conozco y, por tanto, nada puedo opinar sobre
él, ya que hacerlo sería una gran temeridad por quien no le
conoce de nada, como es mi caso.
Claro, Macu, que si tú, mujer inteligente, los ha elegido
como el hombre de tu vida, eso me basta y me sobra para,
desde este momento, mostrarle todo mi afecto y entregarle,
desde aquí y desde ya mi amistad, a quien mi ahijada eligió
como esposo.
Dicen que detrás de un gran hombre siempre hay una gran
mujer y, aquí con esta boda, se cumple, perfectamente ese
dicho.
Tú, Macu, eres sin duda alguna esa gran mujer que , siempre,
estarás presta a darle todo el apoyo el amor de que eres
capaz.
Os deseo, a ambos, de verdad, de esa verdad sin trampa ni
cartón, que no se dice con palabras sino con el corazón,
toda la felicidad del mundo.
Y ahora, Macu, con tu permiso, me tengo que seguir vistiendo
para poder asistir a vuestra boda.
Me cuesta un gran trabajo abrocharme al pantalón poniendo
sólo el primer boquete de la correa.
Ante tal es fuerzo desarrollado para ponerme el pantalón,
miro la chaqueta y llego a la conclusión de que tiene que
entrar sea como sea.
No hay más remedio que intentarlo.No tengo más chaquetas que
ponerme, siempre he usado la misma. Lo intento, me entra y
me siento orgulloso. No soy un chaquetero.
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