A pesar de que se pida
colaboración ciudadana para tratar de solucionar los actos
violentos que se vienen sucediendo en la barriada Príncipe
Alfonso, la garantía de la seguridad ciudadana es
competencia de las instituciones. Las locales y las
estatales. La Policía Nacional y Local. El sentir general de
los vecinos de la barriada, reunidos ayer en el edificio
polifuncional esperando al presidente de la Ciudad Autónoma,
era de intranquilidad y, sobre todo, de petición. Exigencia
de más presencia policial en las calles, durante el día y la
noche para evitar situaciones como el incendio de la oficina
del Cuerpo municipal, el incendio de un coche patrulla de la
Policía Local y el tercer incendio, esta vez de un vehículo
privado del vigilante de seguridad del edificio
polifuncional. Incertidumbre entre los residentes, a pesar
de que la normalidad ha vuelto a invadir el día a día del
edificio. Ayer, una decena de alumnos acudía a las clases de
informática, por citar alguna de las actividades
reiniciadas. Como un ordenador, Príncipe Alfonso vuelve una
vez más a la normalidad después de un repunte violento.
Pero, como la tecnología, el abuso en el ‘reset’ es
contraproducente: puede acabar estropeando la maquinaria. El
Príncipe quizá necesite sentir que la administración está
presente en su quehacer diario, en todos los aspectos del
mismo, como en cualquier otra barriada ceutí. La
reorganización de las viviendas sin licencia sería un paso
importante. Es casi una cuestión socializadora de primera
necesidad que la Ciudad Autónoma ya ha previsto, en parte, a
través de un plan especial de urbanismo que además englobará
otros ámbitos. Evitar que el Príncipe Alfonso sea, parezca y
se sienta irregular es competencia de las instituciones, de
las dos administraciones de Ceuta. También de los
ciudadanos, pero hay cuestiones que, o las gestionan los
organismo públicos, o ‘apaga y vámonos’. Coordinación y
rumbo. La seguridad ciudadana no es cosa de unos pocos.
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