De la noche a la mañana,
discretamente, la Guardia Civil instaló la carpa blanca en
la malagueña Plaza de la Constitución, al final de esa calle
Larios peatonal que pasean las gaviotas y asaltan los
gorriones…
En la puerta de la carpa blanca, una jaima inmensa, un
cuatro por cuatro y varios hombres y mujeres vestidos de
verde entrando y saliendo y los malagueños comenzaron a
arremolinarse, oleóres como somos, a enterarnos, a ver de
que iba el rollo, a estar al lado de estos picoletos que,
cada Semana Santa se llevan aplausos enfervorizados cuando
desfilan con la cofradía de la Expiración. Aquí se les
quiere. En toda España se les quiere. Y yo,Nuria digo, que
quien no sienta agradecimiento y respeto por la Benemérita
es un hijo de la gran puta, por muy honrada que sea su
señora madre.
¿Qué de que se trataba el experimento? Pues de hacernos
enojar, conmover, horrorizar y emocionar. Fotos de todos los
Guardias Civiles asesinados por ETA, uno a uno, rostro a
rostro, nombre a nombre. Instantáneas de los atentados más
sangrientos, rescate de la memoria, invitación a no olvidar
jamás. Por mucho que el doctor Rojas Marcos, jefe de salud
mental de Nueva Cork diga que para ser felices hay que tener
mala memoria. Cuando se habla del recuerdo de las víctimas
no hay más opción que respetar, rezar en su memoria y exigir
reparación y justicia. La gente murmuraba ¿Pero como es
posible que les permitan montar este altar? Porque, la
carpa, tenía mucho del silencio de piedra de las catedrales,
un vídeo estremecedor en un improvisado cuarto oscuro, fotos
de artilugios usados durante décadas por los asesinos, una
maqueta angustiosa del zulo donde esos perros tuvieron al
funcionario de prisiones Ortega Lara. Horror ante el terror.
¡Ay si ustedes vieran el zulo! Ni a sus mascotas permitirían
pernoctar en un lugar tan infecto…La gente alucinaba ¿Pero
como es posible que les permitan montar un altar a los
nuestros? Porque se habla y no se acaba de acercamiento
encubierto de criminales a cárceles vascas donde ellos
mandan y disponen y tienen acojonado desde el director a la
última limpiadora; se habla de indultos encubiertos, de
habla de que están hablando y, entre prisa y prisa apañan la
operación Malaya tres, le registran el “charlé” a la Pantoja
y detienen a Julián Muñoz, escándalo apocalíptico que
ensombrece el resto de las noticias, incluso la guerra del
Líbano, de hecho, se tiene más interés en saber lo que opina
Isabel Pantoja sobre la operación Malaya y el estúpido
registro (¿Ustedes creen que si Julián Muñoz tuviera algo
comprometido lo iba a guardar en el chalé de la Pantoja?).
Apasiona más la cara trastornada de la tonadillera y las
opiniones del gordo Paquirrín que los bombardeos de los
samuelitos para machacar y finiquitar a los terroristas de
Hezbolá. La Pantoja y el folklore patrio tiran más que la
franja de Gaza, pa que nos vamos a engañar.
Y oigan, los follones marbelleros nos despistan y nos hacen
olvidar y entonces tienen que llegar unos hombres y mujeres
de Honor y montar una jaima para refrescarnos la memoria y
poner carteles y dejar un espacio en los paneles para que,
cada cual, apunte lo que quiera. Eso es un boom.Cientos de
papelitos blancos cogidos con chinchetas, aquí una imagen de
Nuestro Padre Jesús Cautivo, allí una foto de la Pilarica y
mensajes de adhesión, de amor a las víctimas, de furia, de
condena, estampas de San Judas Tadeo y de la Blanca Paloma,
besos borrosos, pegatinas de los más jóvenes, textos que
parecen mensajes de SMS y ya sin lugar para añadir más
palomas blancas de papel cuadrado ni más emociones…
¿Cómo la han permitido “precisamente” ahora? No lo se. Será
que el Director general de ellos es un tío legal y sabe que,
cuando hablan las víctimas hablan en nombre de todos los
nuestros ¿Qué quienes somos? Millones. Miles detrás de cada
letra plasmada en cada papelito. Yo puse lo de quien llegó
al poder sobre la sangre de los inocentes, porque la
profecía me da terror y luego colas para firmar en el libro
de firmas a la salida y un apretón de manos a los guardias y
un “gracias por todo” salido del corazón. Que parece que el
sol ofende sobre el cielo azul de julio tras emerger de ese
paisaje del recuerdo, del mausoleo de tela blanca erigido en
una plaza de Málaga, a la vera de una fuente de mármol
italiano, donde las palomas se remojan y juegan a ser
bañistas. ¿Han montado en Ceuta el monumento al recuerdo?
Porque los ceutíes son muy de gritar “No en mi nombre” y de
arremolinarse ante el mamonéo. Pues si aún no se han
instalado que Juan Vivas los exija, que pongan el montaje de
Málaga, que dejen que el pueblo se emocione, pene, rece y
haga oír su voz en papeles blancos que parecen mariposas y
gritan el pensar y el sentir de los paganinis, del pueblo
que es pueblo.
Pero ¿saben? Esa carpa silenciosa no pertenece tan solo a
las víctimas, esa está erigida en nombre de todos los
nuestros y de todo lo que es como Dios manda, será que Dios
manda en todo lo bueno y lo bello del Universo y el laicismo
de salón y a los comisarios políticos que quieren adoctrinar
a nuestros hijos en la cobardía del ateismo radical, nos los
pasamos los españoles por la ingle, sin ánimos de señalar.
Merece la pena no perdérselo y vivir la experiencia
emocionada y luego, al salir, hacer como tantas mujeres que
besan a los guardias y como tantos hombres que les palmean
la espalda, por ser como somos y en nombre de todos los
nuestros.
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