El antropólogo físico, Alfonso Palomo Laburu, prevé realizar
un estudio sobre la población medieval asentada en Ceuta. El
experto realizó anteriormente dos informes en base a los
restos encontrados en diferentes zonas de la ciudad. Más
concretamente, analizó un total de quince individuos
hallados en la excavación de la calle Fructuoso Miaja y
treinta cuerpos procedentes del yacimiento de la calle Real.
Palomo cree que las próximas actuaciones en el número 23
cerca de la iglesia de Los Remedios aportará más restos para
realizar un estudio riguroso sobre la pobladores de la zona.
“Es necesario más cantidad de individuos para llevar a cabo
un estudio exhaustivo. Creo que el centenar sería un número
aceptable para hacer algo curioso”, añadió.
Las conclusiones de este estudio esclarecerían aspectos
cotidianos, como las enfermedades más comunes o la esperanza
de vida de la época, entre ellas.
El responsable de Arqueotecnia, José Suárez, indicó ayer que
el sondeo en la calle General Aranda ha arrojado un
resultado negativo, es decir, no se han detectado restos de
la necrópolis de época medieval. Sin embargo, el arqueólogo
defiende que el hecho de que no hayan encontrado restos no
significa que no los hubiera, sino más bien que el
arrasamiento del periodo contemporáneo ha borrado esas
huellas.
Los estudiosos consideran que la necrópolis medieval se
ubicaba al norte de los yacimientos de viviendas en Huerta
Rufino. “Creemos que la construcción de la Necrópolis es
coetánea al barrio que hemos certificado en el siglo XIV”,
explicó.
Las excavaciones en el yacimiento de la calle Real número 23
comenzarán en agosto y revelerá más datos de su extensión.
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