La ponencia conjunta de José Suárez, Ildefonso Navarro y
Juan Bautista Salado defenderá hoy la tesis de que las
sociedades altomedievales asentadas en las orillas del mar
de Alborán representan un referente histórico fundamental
para la Ceuta de la época.
Estos expertos hablarán sobre las principales novedades
arqueológicas en Melilla, Málaga, Marbella, Estepona,
Manilva y Algeciras. El objetivo es plantear la situación
que se vivía en estas zonas para compararla con el
asentamiento en Ceuta.
La hipótesis de los arqueólogos hace hincapié en la
influencia entre las culturas tardorromanas de la península
y los asentamientos bereberes en el Norte de África
anteriores y coetáneos con la invasión islámica.
Algunas novedosas líneas de investigación se sitúan en los
hallazgos de cerámicas del siglo IX encontradas en el Parque
Lobera de Melilla, el yacimiento de Vezmiliana en el Rincón
de la Victoria, las últimas excavaciones en las murallas de
la ciudad de la primera época en Málaga, los restos de la
muralla de un castillo del siglo X en pleno casco urbano de
Estepona y los indicios de ocupaciones anteriores al siglo
IX en las murallas meriníes de Algeciras.
Esta ponencia forma parte de Al-Andalus: Arqueología y
Patrimonio dentro de la XVIII Edición de los Cursos de
Verano de la Universidad de Granada en Ceuta.
Alberto García Porras trató ayer los entresijos de la
producción de cerámica andalusí y mediterránea en general.
El profesor granadino habló sobre las técnicas de
fabricación, los espacios productivos, su desarrollo y
origen a lo largo del período bajomedieval. El ponente
analizó varios productos elaborados, sus características
tipológicas, motivos decorativos y ámbitos de consumo.
Además, realizó un estudio de la distribución a gran escala
del comercio de cerámica en el Mediterráneo en la época
bajomedieval. La exposición de Pedro Gurriarán Daza y Samuel
Márquez Bueno afrontó desde una amplia óptica los sistemas
de construcción de la arquitectura militar en Al-Andalus.
Los expertos se remontan a la crisis que supuso la
desestructuración de las canteras desde la desmantelación
del imperio romano hasta el mecenazgo de la corte califal
que permite la aparición de fábricas de canterías muy
cuidadas. Las sillerías de los Reinos de Taifa constituye un
hito en la construcción de fortificaciones.
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