Al personal le va el morbo. No hay
día, que pase, que alguien no me pregunte, si sé cuándo van
ha empezar los dimes y diretes entre los partidos, debido a
lo poco que falta para que lleguen las elecciones.
Por lo visto y además comprobado, por todos aquellos que me
preguntar sobre el asunto, el personal debe de disfrutar una
jartá con todas las cosas que se dicen, entre los
componentes de los distintos partidos, en las elecciones.
La verdad, por muchas vueltas que le doy al asunto, no sé
qué les puede divertir tanto todas esas cosas.
La única explicación posible, si es qué tiene alguna
explicación, serán las meteduras de patas que algunos puedan
decir al hablar, dándole una patada impresionante al
diccionario o bien que las elecciones les importen tampoco
que sólo les interese, pasarlo bien con sus posibles
errores.
Si es por pasar olímpicamente de las elecciones, mal van las
cosas porque, ello, supone un desinterés por todos aquellos
que se presentan y, a sus vez, una gran falta de
credibilidad en la política y en los políticos.
He tratado de averiguar, las razones por las cuáles, todos
esos que me han preguntado cuándo empiezan a decirse cosas
los distintos partidos políticos, tienen tanto interés en
eso que sólo son escaramuzas dentro del juego de la
política.Y que cuando todo termina, allí paz y aquí gloria.
Las contestaciones que, algunos de ellos, han dado a mi
pregunta me han hecho preocupame. Y en esa preocupación no
entra el que servidor sea político que no lo es y, jamás, lo
será.
Lo que, realmente, me preocupa y mucho es la total falta de
interés que el personal siente por la política y, sobre todo
por aquellos, que puedan llegar a alcanzar un silloncito en
la Asamblea y que reciben el nombre de políticos, sin saber
lo que es eso de la política
Todos me han dicho, más o menos, lo mismo.
Les da, exactamente, igual quienes sean los que vayan en las
listas porque, según ello, siempre son los mismos y, en la
mayoría de las ocasiones, no tienen ni la más remota idea de
política.Y, además, mire usted, me decía un hombre metido en
años y, al parecer, curtido en mil batallas electorales:
“todos son lo mismo, todos te prometen poco menos que la
luna y, después, ninguno hace nada de nada, Y no lo hacen
porque, entre otras cosas, no tienen ni p...idea de que va
el asunto. Ya que fueron elegidos, para formar parte de las
listas, todos aquellos que les caen bien y obedecen
ciegamente a los que mandan, para poder seguir mandando
sobre ellos.
O sea, que aunque sean varios los que vayan en las listas
diferentes a los que están, los que vayan en las listas,
siempre seguirán mandando los que mandan. Todo es igual,
nada cambia porque,si algo cambia, los que mandan dejarían
de mandar y eso no lo van a permitir. Eso es así y nadie lo
va a cambiar.
Y ya que, usted, me está preguntando y habrá comprobado que
no le he puesto pega alguna para contestarle, me va a
permitir que sea, en estos momentos, yo el que le haga una
pregunta a usted. Vámos, si no tiene inconveniente.´”
No señor no tengo el menor inconveniente.Usted que, además,
me ha dejado pensativo en su valoraciones, puede preguntarme
lo que le plazca, que sí lo sé, le puedo garantizar que le
contestaré con mucho gusto. Pregunte, por favor.
¿Dígame cuántos políticos de verdad, conoce usted en nuestra
tierra?.Sé que me va a decir que algunos conoce, pero que no
están dentro de la política. Y esa contestación sería la más
lógica que se pudiése dar.Y no están dentro de la política,
precisamente, por saber de política y, a su vez, ser más
inteligentes que los que le tienen que elegir para ir en
alguna de las listas.
Eso, auténticamente, preparados para participar en la vida
política, no irán jamás en ninguna listas por, la sencilla
razón, de que no les pueden manejar como borregos quienes se
han aferrados al mando y no lo quieren soltar.
Incluir a un señor con una buena preparación política, en
una lista, supone un gran peligro para quienes siendo unos
inútiles manejan el cotarro. Sólo interesan, todos aquellos,
a los que, por su falta de conocimientos y no sólo políticos
sino incluso culturales, se les pueda manejar fácilmente.
Y ahora, por favor, me quiere contestar a lo que le he dicho
ya que, por supuesto, me lleva a no votar nunca porqueme da
igual quien sea el que nos gobierne.”
Qué quiere qué le conteste, a todo eso que me ha contado.
Por principio, tengo que decirle, que hay muchas cosas, de
lasque usted me ha dicho, en las que estoy completamente de
acuerdo con usted y otras que no comparto.
No comparto eso de no votar nunca porque, el no votar,
supone algo muy peligroso Por culpa de la ley esa que te
puede dar algún puestecito en la Asamblea a quienes no se lo
merecen.
Y, además, si usted no vota, con qué derecho puede reclamar
algo.
“De acuerdo, señor, pero seguiré sin votar. No me ...”
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