La Selección Nacional de Natación Sincronizada realizó una
exhibición en el Parque Marítimo del Mediterráneo en la que
demostraron sus cualidades, que les han llevado a codearse
con las grandes potencias de este deporte, como son las
rusas o las japonesas.
Paola Tirados, Andrea Fuentes, Alba Cabello, Tina Fuentes,
Laura López, Gisela Morón, Raquel Corral, Gema Mengual e
Irina Rodríguez, además de las junior Ona Carbonell y Paula
Calvo deleitaron a los ceutíes durante una hora de
actuación.
Irina Rodríguez, una de las veteranas del equipo aseguraba
que las instalaciones del Parque habían supuesto un handicap
para ellas: “El Parque es precioso, pero nunca antes
habíamos trabajado en un lago, y eso presenta dos problemas.
Primero, la profundidad del lago no es la reglamentaria para
la práctica de este deporte; y segundo, no tenemos ninguna
referencia visual”.
Irina se refería a que el contorno del lago central no es
rectilíneo, y que además tampoco tiene dibujadas líneas que
marcan las calles como las de las piscinas de competición,
que usan las nadadoras de sincronizada para tener
referencias y marcar a la hora de realizar sus ejercicios.
Para esta catalana que en breve cumplirá 29 años, la
práctica de este deporte se lleva gran parte de su tiempo,
así como el de sus compañeras de equipo: “Entrenamos entre
seis y siete horas diarias, y cuando se aproxima un
campeonato de la talla de un mundial o un europeo, nos
concentramos, dedicando a su preparación todo el tiempo
posible”.
Irina se decantó por este deporte, minoritario porque, según
su criterio, uno de los deportes más completos que existen:
“ Es un deporte en el que se entremezclan flexibilidad,
coordinación, potencia física, coreografía, además de que el
medio, el agua, me gustaba mucho”.
De Ceuta, el equipo nacional se marchó a preparar el
Europeo, que se disputará en Budapest a partir del día 26 de
julio, y donde intentarán superar al conjunto ruso, con
nadadoras de la talla de Elena Azarova, dos veces campeona
olímpica en natación sincronizada, con lo que el objetivo se
prevé como poco difícil.
En este deporte, no dos y dos suman cuatro, y llamarse
Rodríguez no es lo mismo que llamarse Azarova: “El criterio
de los jueces es muy especial, y contra eso se intenta
luchar, con horas de trabajo y dedicación, pero siempre nos
debemos de mentalizar ante ese elemento, tienes que hacerlo
mejor, mucho mejor que las rusas o las ucranianas, para que
las notas de los jueces reflejen una ventaja sustancial con
estas selecciones”.
Las chicas de la selección demostraron que son unas
autenticas campeonas y lucharán en Hungría por el metal más
preciado, el de oro.
|
Ana Tarres agradece a la Consejería la invitación a Ceuta
La preparadora del equipo nacional
Ana Tarres se mostraba muy agradecida a la Consejería de
Educación y Cultura por la invitación que recibieron para
realizar su exhibición en Ceuta.
Tarres se encargó de amenizar el espectáculo, durante la
duración del mismo, y explicaba a los espectadores en que
consistían cada una de las rutinas que las nadadoras
realizaban en el agua de lago central.
Con todo lujo de detalles fue acercando al aficionado a este
deporte y a quien no lo es, la dificultad que entraña la
natación sincronizada, donde en el máximo esfuerzo del
ejercicio se alcanzan niveles de lactatos en sangre cercanos
a los 17 mililitros, equivalentes a los que tendría un
corredor de 1500 metros lisos.
Los lactatos, tanto de sodio como de potasio, son las sales
que componen el ácido láctico, que provocan, cuando se
realiza mal un ejercicio en el que falta oxígeno en sangre,
las tan temidas agujetas.
La natación sincronizada fue olímpica por primera vez en la
olimpiada de los Ángeles y constituye el grado máximo de la
alta competición. La natación sincronizada lleva 22 años
dentro de los Juegos Olímpicos.
|