La primera Junta de Seguridad que
ha sido presidida por el actual delegado del Gobierno,
Jenaro García-Arreciado y que, basicamente, ha servido para
una coordinación de las fuerzas y cuerpos de cara a la muy
próxima Feria; además de sentar las bases de cara al llamado
Consejo de Seguridad Ciudadana, ha contado con la presencia
del presidente de la Ciudad Autónoma, Juan Vivas en un claro
gesto que demuestra: uno que en esto de la seguridad todos
cuentan, que la coordinación y el trabajo de apoyo debe ser
el camino idóneo para ganar la batalla a la delincuencia,
amén de ofrecer un servicio a la ciudadanía, cuyo deber es
atribuible a las entidades públicas representadas en la
Junta; y dos, una demostración de que las instituciones
están por encima de dimes y diretes políticos en tanto el
bien general de los ciudadanos requiere de muestras más allá
de la ‘lucha política’ diaria.
Si hay algo que no puede negarse a estas alturas, desde la
llegada de García-Arreciado a la responsabilidad de la
delegación del Gobierno en Ceuta, es el hecho de que el
onubense se ha volcado y se está volcando -con interés
manifiesto- por conocer la especial idiosincrasia
socio-cultural y económica de la ciudad.
García-Arreciado ha acudido a cuantas actividades
-organizadas por la Ciudad Autónoma- se le ha pedido su
asistencia. Ahora, no sólo por el tema en cuestión: la
seguridad, sino por las buenas relaciones institucionales
añadidas, el presidente Vivas se ha sentado junto al
delegado como gesto de ambos hacia sus subordinados con el
objeto de que todos y cada uno de ellos se conciencien sobre
que la seguridad no es un ámbito en el que competir, sino en
el que colaborar. Ceuta por su especial ubicación; por su
condición de crisol de culturas; por su mentalidad abierta
-a veces- necesita de una seguridad cohesionada sin fisuras
donde el trabajo de todos cuente con la misma importancia,
por su trascendencia.
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