La adjudicación de la línea marítima de interés público
entre los puertos de Algeciras, Ceuta y Melilla está cerca
de decidirse. Durante la jornada de hoy tendrá lugar la
apertura de plicas con las propuestas de las dos empresas
que se presentan, Acciona Trasmediterránea y Baleària. Como
requisitos mínimos, ambas compañías debían cumplir con el
pliego del concurso, cuyas condiciones fueron renovadas y
ampliadas para el período que comienza el próximo mes de
septiembre y se prolongará durante los próximos cinco años
(2006-2011).
La apertura de sobres estaba prevista para el 23 de junio,
según señala la resolución del Ministerio de Fomento
publicada en el BOE con fecha 13 de abril, pero esta
operación se ha visto retrasada por una serie de estudios
técnicos realizados por la Marina Mercante previos a la
adjudicación, para valorar el estado de las navieras que
optan a la línea. La adjudicación final, tras el estudio de
las propuestas, se espera antes de que finalice el presente
mes de julio, ya que en septiembre expira la antigua
concesión adquirida, en este caso, por Trasmediterránea.
El nuevo pliego de condiciones exige a las compañías una
frecuencia mínima de tres viajes diarios para la línea
Ceuta-Algeciras y al menos uno diario para la conexión con
Melilla, ya que la naviera que se adjudique el concurso
estará obligada a cumplir ambos servicios, una decisión que
fue criticada en su momento por considerar que se trata de
dos trayectos muy diferentes. El pliego prevé sanciones para
las empresas que no cumplan con los horarios.
Un barco en Ceuta
La condición más valorada por los ceutíes es la obligación
de que uno de los buques que operan en la línea, pernocte
diariamente en el puerto de Ceuta, con la finalidad de
mejorar el servicio y poder atender a cualquier emergencia.
Esta condición, unida a la necesidad de que una tripulación
completa haga noche junto al barco en la Ciudad Autónoma,
servirá de impulso económico y dará un valor añadido al
puerto en cuanto a su capacidad de respuesta ante
emergencias.
El resto de las condiciones giran en torno a la seguridad.
La edad máxima de los barcos pasa de 25 a 15 años y se
incorpora un servicio específico y una cámara de
videovigilancia. Además deberán integrar un servicio médico
y disponer de rampas y elementos que faciliten la
accesibilidad y el desplazamiento interior de personas con
movilidad reducida.
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Un pastel de casi 49 millones de euros
Este considerable incremento de
prestaciones por parte de las navieras que aspiren a
adquirir la línea de interés público se verá compensado por
otro notable aumen-to, el de la subvención prevista. Casi 49
millones de euros a repartir anualmente hasta 2011, una
dotación un 20% mayor que en el anterior concurso.
El pastel es muy jugoso, sin embargo no todo ha sido
consensuado en la elaboración del pliego. Los diferentes
agentes implicados echaron en falta algunas medidas, como la
obligatoriedad de operar con un barco rápido,
fundamentalmente en la travesía con Melilla. Tampoco se
especifican los avances tecnológicos que se requieren, ya
que un barco, por ser más nuevo, no garantiza que esté mejor
acondicionado.
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