A sus 22 años Guillermo Molina se ha convertido en el buque
insignia del deporte ceutí. Aunque no practica una modalidad
de las que arrastra masas, el waterpolista del CN Barcelona
es uno de los jugadores franquicia de la selección española
y una pieza básica en su club. De hecho Guillermo, que
terminó contrato con el Barcelona este verano, ha prorrogado
su vínculo con el equipo de Toni Esteller hasta el 2010,
pese a haber recibido dos ofertas de Italia y otras dos de
Grecia. Pero el ex jugador del CN Caballa se encuentra muy a
gusto en Barcelona, -se acaba de comprar un piso-, y
totalmente respaldado por Esteller, algo más que un
entrenador para él. Además en la Ciudad Condal vive con su
hermano Miguel Ángel, el segundo de la saga Molina, que esta
temporada ha debutado con el CN Barcelona en la División de
Honor y en la Copa de Europa con apenas 16 años. El pequeño,
Francisco, también apunta maneras y desea seguir los pasos
de Guillermo y Miguel, aunque de momento juega con el
Caballa cadete que entrena su tío Miguel Ángel Ríos.
Después de proclamarse subcampeón de Liga, porque el Atlètic
Barceloneta se mostró muy superior al Barcelona ganando por
la vía rápida el play off por el título, Guillermo Molina
cambió el chip y se concentró con la selección para afrontar
un verano agotador con tres citas: Copa del Mundo, Liga
Mundial y Europeo; en la primera el grupo de Rafa Aguilar
cumplió con creces al subirse al podium -medalla de bronce-
y asegurarse su presencia en el Campeonato del Mundo de
Melbourne’07. El jugador ceutí recuerda que “era una
competición bastante importante para evaluar nuestro nivel,
porque el año pasado estuvimos cerca de las ‘semis’. Este
año hemos ganado peso dentro del circuito mundial y esta
medalla es la primera conseguida por esta nueva generación
de jugadores, que aspira a lograr más en próximas
competiciones”, añade.
Rafa Aguilar señaló este verano que España es un equipo en
plena construcción, que desea mantenerse en la elite y
confirmar que el quinto puesto en el último Mundial no fue
magia, sino producto del trabajo y el talento. Guillermo, a
pesar de su juventud, es una pieza muy importante en el
combinado nacional. “Todos somos importantes, nos estamos
haciendo como jugadores y como personas, porque hay mucha
juventud. Yo me siento muy importante dentro del equipo,
pero somos un grupo de 18 y cualquiera puede entrar y
salir”.
En su club la situación es idéntica porque Toni Esteller
considera a Guillermo un jugador muy valioso por sus
cualidades y jerarquía dentro del grupo. “No hemos ganado la
Liga porque el Barceloneta ha realizado una gran temporada,
pero debemos estar orgullosos con lo que hemos hecho. Con
cuatro veteranos por decirlo de alguna forma y gente de 17 y
18 años hemos dado la cara llegando a la final. Creo que
dentro de un par de años el CN Barcelona volverá a ganar
títulos y no descarto que sea factible en el 2007”.
Sobre su continuidad cuatro temporadas más en el CN
Barcelona, explica que “estoy en un gran equipo y con un
gran entrenador. Para mi evolución como jugador es muy
importante seguir con Toni Esteller y aunque he renovado
hasta el 2010 dentro de dos o tres años volveremos a hablar
de mi futuro para comprobar si ambas partes queremos
continuar unidas más tiempo”.
Preguntado si había recibido otras ofertas este verano,
responde que “me llegaron dos de Italia y dos de Grecia,
pero tenía muy claro que no quería salir de Barcelona. Me
acabo de comprar una casa, estoy muy a gusto en el club y
espero conseguir más títulos con el CN Barcelona las
próximas temporadas”.
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“Este equipo es ambicioso y podemos
sacar una medalla del próximo Europeo”
Tras el éxito de la Copa del
Mundo, el equipo nacional afrontará muy motivado el Europeo
de Belgrado en el que España está encuadrada en el grupo ‘A’
junto a Rumania, Rusia, Holanda, Eslovaquia y Serbia y
Montenegro. Guillermo Molina, que tiene en su palmarés dos
medallas de oro en el Mundial de Japón y en los Juegos del
Mediterráneo de Almería y el bronce conseguido el pasado mes
de junio en la Copa del Mundo de Budapest, aspira a colgarse
un metal en el Campeonato de Europa. “El equipo es ambicioso
y no renuncia absolutamente a nada. Si en todas las
competiciones estamos entre los cuatro o cinco primeros,
cuando llegue el gran torneo del año los rivales te van a
respetar y eso es un punto a nuestro favor. Antes del
Europeo debemos jugar las ‘semis’ de la Liga Mundial y
aunque sea una competición transitoria vamos a dar la cara
porque es una competición oficial con premios en metálico.
De todos modos, el gran objetivo es llegar en las mejores
condiciones posibles al Campeonato de Europa para sacar una
medalla”.
Serbia y Hungría, que disputaron la final de la Copa del
Mundo, son los rivales a batir con la particularidad de que
los serbios jugarán en casa. “A priori están un paso por
encima de nosotros, pero una semifinal es un cara o cruz y
puede pasar cualquier cosa”.
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