El pasado 11 de julio, se cumplieron cuatro años de la toma
del islote de Perejil por parte de Marruecos, acción
recriminada por todos los estados miembros de la UE y de la
OTAN. En una decisión histórica, en cuanto a la defensa de
los intereses de nuestro país y por tanto, de Ceuta, el
anterior Presidente del Gobierno, José María Aznar, tras
fracasar todas las iniciativas diplomáticas llevadas a cabo
por nuestro Ejecutivo, ordenó una intervención militar
inmediata para restituir su anterior statu quo y con ello,
todos los ceutíes de corazón cumplieron sus más anhelados
deseos.
Esta forma de defender los interes de nuestra ciudad,
difiere totalmente de las actuaciones de nuestro actual
Gobierno, repleto de contradicciones. Recordar, entre otras,
el libro escrito por el asesor en asuntos exteriores, Máximo
Cajal donde reivindicaba la entrega de Ceuta al vecino país,
el hecho de que nuestra Ciudad Autónoma, hasta el momento,
no ha sido invitada por nuestro Gobierno a ninguna de las
cumbres celebradas entre España y Marruecos, con el conocido
gesto del vaso de agua protagonizado por José Luis Rodríguez
Zapatero a pregunta de una periodista y con la presencia de
las Comunidades de Andalucía y Canarias o, la falta de
respuesta del Ejecutivo de la nación a la negativa de
Marruecos a la presencia del senador por Ceuta, Nicolás
Fernández Cucurull en la visita que el Grupo de Amistad con
la Cámara de Consejeros de este país tenía previsto
realizar. Las diferencias, por tanto, son notables aún
reconociendo la importacia, en el gesto no en los
resultados, de la visita como Presidente del Gobierno de
Zapatero a nuestra ciudad. Visita mediática llena de
promesas aún no cumplidas. Ya que, debemos recordar que
tanto el nuevo Hospital civil o el Instituto de Huerta
Téllez son actuaciones proyectadas e iniciadas por el
anterior ejecutivo, entre otras muchas medidas.
En definitiva, los ceutíes conmemoramos una año más, sin
actos oficiales, una fecha destacada en nuestra história, el
día en el que el Gobierno de la nación defendió nuestra
españolidad contundentemente, sin dudas y todo ello, con el
apoyo de las más altas instituciones internacionales.
|