La campaña veraniega de los parlamentarios ceutíes en la
Cortes Generales sigue su camino y ahora sale el senador
Nicolás Fernández, como buen portero suplente del senador
Gordillo, a intentar capear el temporal después de la
goleada recibida por el portero titular. Al senador
Fernández le ha llegado la hora de demostrar todo lo que
vale, ahora podrá dejar de ser aquel aspirante a todo y
recibir él mismo los aplausos de la afición.
Comencemos con algunas precisiones al impreciso escrito del
senador Fernández. Dice que no sabía que entre las funciones
del Delegado del Gobierno se encontraba la de corrector
lingüístico. No salimos de nuestro asombro del
desconocimiento que tiene el senador de las funciones del
Delegado del Gobierno, cuando bien le podría preguntar al
Sr. Luis Vicente Moro sobre las funciones que él
desarrollaba y que aún se encuentran sub iudice, esto es,
que todavía esperan la respuesta de los jueces.
Tiene razón el senador Fernández cuando mantiene que a él se
le entiende igual de bien tanto por escrito como cuando
habla. Nosotros añadiríamos que lamentablemente se le
entiende igual de bien, porque la claridad en la exposición
escrita y en el discurso oral es sólo una virtud cuando esta
claridad es puesta al servicio de la verdad y no de la
mentira, excepto que el senador Fernández pretenda ser uno
de esos embaucadores de las palabras, lo que sin duda
creemos que no es su intención.
Lo que sí le recomendamos al senador Fernández es que la
próxima vez que utilice una palabra sepa bien cuál es su
significado. Nos llamó “mamporreros” a los componentes de la
Oficina de Prensa y nosotros fuimos al Diccionario de la
Real Academia (obra que le recomendamos con verdadero
énfasis) para averiguar si había una acepción que no
conociéramos. El Diccionario sólo dice que mamporrero es el
“hombre que dirige el miembro del caballo en el acto de la
generación”. Inmediatamente nos asediaron las preguntas:
¿Quién es el mamporrero en este caso? ¿Dónde están los
caballos? ¿A qué acto de generación está haciendo referencia
el senador Fernández? ¿Cuál sería la yegua?
Tiene gracia que el senador Fernández venga a acusarnos de
mandar a la policía a todo el que discrepe de nosotros. Es
especialmente sangrante cuando, en abril de 2003, el
entonces ministro de Defensa del PP, Sr. Trillo, propuso que
se reformara el Código de Justicia Militar para castigar
como delito, ante la jurisdicción castrense, las
manifestaciones contra las guerras en las que España
interviniera. Le parecerá al senador Fernández que querer
convertir en delito el libre ejercicio del derecho de
manifestación no es mandar la policía a los ciudadanos
discrepantes, que eran muchos, más de ocho millones estaban
en la calle y más del noventa por ciento en contra de la
guerra.
Creíamos que el resto del artículo del senador Fernández iba
a ser de relleno, ya que nos sorprendía que alguien, al que
consideramos, pudiera seguir exponiéndose de tal manera con
la única finalidad de que su portero titular le dé dos
palmaditas en la espalda. Nos confundimos. Vimos saltar
nuevamente al senador.
El senador Fernández habla de la ruptura del diseño
constitucional de España y no se acuerda que los
parlamentarios de Alianza Popular, sus antecesores, votaron
en contra o se abstuvieron en la votación final sobre la
Constitución en las Cortes. El senador Fernández no recuerda
las lindezas que el presidente fundador del PP, Sr. Fraga
Iribarne, dedicaba a las autonomías, hasta que él mismo se
vio investido como presidente autonómico. El senador
Fernández se ha olvidado de que muchas autonomías gobernadas
por el PP se han apresurado a preparar nuevos estatutos de
autonomía.
Sigue el senador Fernández diciendo que los socialistas
debemos sentirnos muy frustrados porque no podemos ponernos
en contra de nuestro Secretario General. Se le olvida al
senador Fernández que el actual Secretario General, José
Luis Rodríguez Zapatero, fue elegido en un Congreso Federal
entre cuatro candidatos, que pudieron ser votados libremente
por los delegados. Mientras, en su partido, una triste tarde
invierno, todos esperaban el dedazo del Sr. Aznar López, que
recayó sobre el Sr. Rajoy Brey, sin que al resto del Partido
Popular le quedara otra posibilidad de aplaudir y dedicar
loas a las virtudes de uno y otro, porque votar entre varios
candidatos le provoca salpullidos a esos grandes defensores
de la democracia que hay en el PP. Ésa es una de las
diferencias entre un partido y otro. El senador Fernández
termina su “redacción” hablando de Suiza. Está bien, porque
esto nos permite hacerle una pregunta conclusiva: ¿Cuándo
nos van a contar lo que el gobierno del Sr. Aznar López
ofreció a ETA durante sus negociaciones en Suiza?
|