Las alumnas del curso de alfabetización tecnológica
gestionado por Procesa han mostrado un gran nivel de
conocimientos informáticos durante los casi cuatro meses de
curso. Llega la recta final del programa, que se clausurará
el próximo día 21 de julio.
Los dos grupos proyectados para las clases -uno de mañana y
otro de tarde- acabaron por fusionarse en uno. Un total de
siete alumnas de todas las edades han asistido al curso con
vistas a mejorar su futuro profesional. Sólo acudieron dos
estudiantes de bachillerato, el resto eran mujeres
trabajadoras. Al comienzo del curso había más alumnos pero
por cuestiones laborales, algunos tuvieron que darse de
baja. Procesa organiza otro curso justo al término de este
para que más ceutíes asimilen conocimientos informáticos.
El interés del curso radica en la utilidad de la informática
hoy en día. Todas las integrantes del aula empezaron el
curso con algún conocimiento tecnológico. Una de las
actividades que más llevan a cabo es chatear, enviar e-mails
o llevar la contabilidad del hogar con Excel.
Los contenidos del curso representan conocimientos muy
básicos, propios de una iniciación en toda regla. La
monitora del taller, María José Flores, reconoció que ha
tenido que elaborar muchos ejercicios para reforzar sus
clases.
La metodología empleada se rige por la explicación de los
temas y la realización de ejercicios prácticos. Las alumnas
coinciden en su valoración. “El curso está muy bien.
Aprendes muchas herramientas nuevas pero es muy largo para
el temario que das”, señalaron. La apreciación general del
aula es que el curso debería impartirse en un periodo más
breve. Los cuatro meses de duración son excesivos a su
juicio. El buen nivel de las alumnas de esta promoción hace
que la mayoría de los temas no hayan representado una gran
dificultad. Muchas seguirán con su actividad en su instituto
y la mayoría buscará un empleo o realizará otro curso para
tener más oportunidades en el mundo laboral. “Ahora quiero
trabajar. Mientras encuentro algo miraré algún otro curso”,
explicó una de las alumnas.
La evaluación simbólica que realiza la propia monitora
también es muy positiva. “Todas las alumnas han puesto mucho
empeño. El ambiente ha sido muy bueno entre ellas y sobre
todo, conmigo”, dijo.
|