En primer lugar, aclarar que según recoge la sentencia, nos
encontramos ante una falta de injurias de carácter leve y
por ello, la sanción impuesta es mínima, 150¤. Pero, esta
misma sentencia también recoge que se produjeron expresiones
igualmente ofensivas contra mi persona y compañeros de
Gobierno, incluido el Presidente de la Ciudad. En este foro
de internet, donde todos los participantes se identifican
con pseudónimos, se inicio un tema donde los primeros
mensajes escritos decían, entre otras cuestiones igualmente
ofensivas, que los asesores de Juan Vivas eran seleccionados
en ruedas de reconocimiento ó que algún viceconsejero
llevaba a Juan Vivas en su vehículo cargado de maruja.
En este punto, señalar que sí mi percepción del ejercicio
político coincidiera con la del PSOE, es decir, judicializar
la política, nos sorprendería conocer la identidad de
quienes insertaron estos y otros muchos mensajes. Por ello,
y en defensa de mis compañeros de partido, inserte el
mensaje en un foro pseudopolítico: “si hablamos de tráfico
de estupefacientes, también podríamos preguntar a una
persona muy cercana a la secretaria general del partido
socialista”. Ustedes pueden interpretarlo, la justicia, a
denuncia de Doña Antonia Palomo, inició un laborioso
procedimiento con una destacada intervención de la fiscalía
quien requirió la intervención de las fuerzas y cuerpos de
seguridad del Estado, de Telefónica, del moderador del foro
en cuestión hasta llegar, un año después, a la condena
mencionada.
Aunque, también debo puntualizar que quien califica con el
término cobardía a esta forma de actuar, es una persona que
se esconde a diario tras los rumores caballas criticando a
quien le apetece ó incumple un principio fundamental de la
profesión periodística como es la confidencialidad de las
fuentes de información, tal y como ocurrió, por ejemplo, en
la edición de El Faro de Ceuta de 19 de junio de 2004, en la
columna titulada “La cohabitación a lo caballa”.
En definitiva, he sido condenado por injurias de carácter
leve a la secretaria general del partido socialista de Ceuta
pero, en ningún caso, mi actuación puede ser catalogada de
cobarde ya que mi intervención se produjo en defensa de mis
compañeros, con pseudónimo, en respuesta a expresiones
igualmente ofensivas, escritas también con pseudónimo
aunque, como he mencionado anteriormente, las identidades de
quienes las insertaron nunca serán conocidas.
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