Diez años después de su llegada al
cargo como delegado de la Asociación Española Contra el
Cáncer, José Solera Barco -ese intrépido ceutí que marcó una
gran etapa radiofónica en la célebre, querida y recordada
EAJ-46 (Radio Ceuta)- pasa el testigo a las nuevas
generaciones. Toda una vida dedicada al servicio público
debe ser firmemente reconocida -mejor ahora que después- por
la sociedad ceutí representada en nuestras instituciones.
Don José Solera puso sonido y voz a la Ceuta de los sesenta,
dirigió una de las emisoras de mayor rancio abolengo de
España, la EAJ-46, como decimos una de las realmente
históricas de nuestro país; cuando la Onda Media llenaba los
hogares de aquellas casas en la que los vecinos eran
realmente vecinos y las penurias comunes de los ceutíes se
dulcificaban por el efecto sonoro de esa emisora entrañable
con sus noticiarios, y discos dedicados.
Don José Solera dejó la radio y más allá de sus labores
profesionales, se dedicó en cuerpo y alma -los últimos diez
años- a luchar contra el cáncer desde la delegación de
Ceuta.
Muchos han sido los ceutíes que, a través de la Asociación,
han podido hallar el refugio y el hombro adecuado donde
apoyarse en tan complicado y difícil trance.
Deja Solera la delegación ceutí de la Asociación Española
Contra el Cáncer a la que ha logrado dignificar dotándola de
un local en pleno centro, estructurarla y dando la
operatividad necesaria a la demanda de los ceutíes. Se
marcha José Solera con la asignatura pendiente de que la
administración estatal no haya logrado estabilizar en el
hospital aún la figura de un oncólogo y de que gran parte de
su labor haya tenido que estar dedicada a gestionar,
colaborar y ayudar en los desplazamientos de los enfermos de
oncología ceutíes.
Gracias don José por sus desvelos y su dedicación.
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