“El Gobierno de la Ciudad tiene la obligación de exigir el
mantenimiento de las naves del Sardinero y en caso de que
supongan un peligro, su demolición”, afirmó María Antonia
Palomo, quien justificó la propuesta, “no sólo por la
insalubridad, sino también por la delincuencia que se ha
generado al amparo de estas naves”. Palomo preguntó al
Gobierno qué acuerdos maneja y qué va a ceder la Ciudad a
cambio de estas demoliciones, “cuando lo único que
debe hacer es exigir el cumplimiento de la ley en materia
urbanística, que es lo mismo que exige al resto de la
ciudadanía”.
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