Hay cosas que dan asco. Y no voy a
hablar de la ausencia de prohombres del socialismo de salón
en la misa Papal valenciana “más quisiera el gato lamer el
plato” como dirían los castizos. No. A servidora de ustedes
le asquea el virus ese llamado algo similar a H5N1 o
vulgarmente gripe aviar, que ha llevado a la tumba a ciento
treinta y dos criaturas en Asia y ha atacado en España a un
pato de un humedal, en su variedad más letal y ponzoñosa por
cierto.
Y pasa como con la encefalopatía espongiforme del mal de las
vacas locas, que las autoridades hacen todo lo posible para
que no cunda el pánico entre la población civil, porque, la
población empanicada se pone muy porculera y muy rabiosa y
comienza de inmediato a exigir dimisiones, aunque aquí es
difícil que alguien dimita por un fallo o por el malhacer,
de hecho , si se actuara con ética y con estética y cada
error en la función pública costara el puesto, nos íbamos a
ver en cuadros y los primeros que quedarían diezmados serían
los jueces y los fiscales, seguidos muy de cerca por todo el
Ejecutivo. Se salvarían los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad
del Estado , o al menos eso opina servidora, que es persona
de Ley y de Orden y tiene mucha fe en maderos, picoletos y
en la UIR, también en los seguratas y en los machacas de las
puertas de las discotecas, es decir, confío y me asegura
todo aquello que contribuya a mejorar mi calidad de vida
impidiendo el delito, el desorden, el mamonéo y el caos. La
gripe aviar es un caos. Y me intranquiliza.
Los casos que se descubren es por auténtica casualidad,
España es país de paso de aves migratorias. Y concretamente
aves como las palomas, que son excepcionalmente poco pulcras
y están llenas de piojillos, ocupan las ciudades. En Málaga
hemos sido muchos los ecologistas en rabiar y quejarnos por
la plaga de palomas que invaden y cagan calles, parques y
playas. Cientos de aves cargándose fachadas, monumentos y
toldos con sus corrosivos excrementos y sin ser sometidas a
control sanitario de tipo alguno. Y eso es lo que preocupa ¿
tienen ustedes en Ceuta, sol de España en África el problema
de las palomas? Nosotros es tremendo. Y no porque molesten
las pobres sino porque están bandidas (bandías se dice en el
Palo) y se ven muchas semitullidas con una enfermedad que
les deforma las patas hasta convertirlas en muñones. Pero la
conciencia ecológica de los peperos malagueños, que mandan y
disponen en el Ayuntamiento y hacen lo que les sale
directamente del forro de los cojones, como si la capital
malagueña fuera su cortijo particular, es la nula e
inexistente conciencia ecológica.
Si les digo que el alcalde se ha buscado una denuncia por
mandar arrancar alegremente justo la mitad de los árboles
centenarios del parque ustedes no lo creerán, no pueden
creer que, en el siglo XXI existan especimenes capaces de
llevar a cabo feroces talas y exterminios de zonas verdes.
Yo al alcalde de la Torre le voté y en el castigo está la
penitencia, de hecho tengo que pedir públicamente perdón por
mi sufragio y jurar que jamás volveré a votar ni a señoritos
prepotentes ni a individuos que crean que el sillón del
Consistorio les coloca por encima del bien y del mal. ¡Que
daríamos los malagueños por tener al Vivas de ustedes! Vale,
es un encantador de serpientes imbatible en las distancias
cortas, pero tiene las orejillas abiertas al latir y al
sentir de los ceutíes y si ustedes tuvieran una avalancha de
palomas pondría soluciones para prevenir efectos
secundarios. ¿Qué si se mata a las palomas? No, se las lleva
a los palomares existentes en Castilla La Mancha y a las que
queden como elemento decorativo pajaril, se las alimenta, se
las limpia, se las atiende y se las somete a un estricto
control sanitario.
No hemos de olvidar que, para los cristianos occidentales,
la paloma es un animal simbólico ya que, el Santísimo
Espíritu Santo, Ese que habló por los profetas y por la
Iglesia, se representa con una paloma blanca, limpia y
reluciente, escamondaíta y no espelechá y llena de miseria
como son las palomas malagueñas, pura asquientosidad y con
toda la pinta de ser firmes candidatas a contraer la gripe
aviar o la gripe de la polla con vinagre, con perdón de la
palabra, porque aquí no se controlan las aves, los gatos las
cazan y puede haber transmisión de virus y patologías al ser
humano.
Y encima se pueden contagiar las gaviotas, que son enemigas
seculares de las palomas y hacen guerrillas y batallas en la
sucia tierra de las playas. Las gaviotas son pájaros pulcros
y mirados, a los que el alcalde del PP no paga copyright por
utilizar con liberalidad su bella y elegante imagen, ni se
encarga de cuidarlas ni de alimentarlas. De hecho, los
vecinos de mi callecita, que está bordeando el río y es
puramente ribereña, alimentamos a nuestros pájaros, a mi
casita acude una gaviota llamada Pepiniki, a la que doy
migajones de pan mojados en agua, un mirlo llamado Gabriel
Pineda de las Infantas por mi hijo mayor descansado, cientos
de gorrioncillos comandados por uno especialmente vivaz al
que llamo Leila en honor de la linda mujer de mi hermano
Hamadi Amar Mohamed, dos parejas de tórtolas domesticadas y
simpáticas y montones de loritos y vencejos, un zoológico
hermoso y que alborota cantando en una especie de lenguaje
que se me asemeja a aquel arábigo español llamado algarabía
que hablaban los moros de la exquisita Granada, una ciudad
donde, el emir, dictaba bandos prohibiendo a los estudiantes
cantar y escandalizar por las noches haciendo batallas de
naranjas y limones porque molestaban a los vecinos, mientras
que, en el País Vasco, los lugareños, vestidos de pieles se
comían en este orden a los prisioneros y a los caballos y
eso no lo digo yo, sino que lo dice Estragón, el primer
periodista de nuestra Historia.
Por aquel entonces en España no había riesgo de gripe aviar,
porque no se había inventado ¿Qué por que no inventan una
vacuna contra la aviar? No sé. Tal vez porque los dineros
que se necesitan para investigación y ciencia se tienen que
gastar en sueldazos de políticos y palmeros ¡No agarren
todos ellos directamente la gripe aviar! ¡Que asquientosidad!.
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