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OPINIÓN - DOMINGO, 09 DE JULIO DE 2006

 
OPINIÓN / EL MAESTRO

La Religión como asignatura

Por Andrés Gómez Fernández


Hace unos meses, con motivo de la clausura del I Congreso Diocesano de Educación ”Atrévete a educar”, el Cardenal y Arzobispo de Toledo, D. Antonio Cañizares, manifestó: “No nos retiraremos, no tiraremos la toalla, aunque traten de apartarnos y someternos, porque la obra educativa es la salvación para el hombre de esta etapa de laicismo y de la quiebra de la humanidad”, y añadió: “Los cristianos tienen más razón para soportar por la educación que los demás, porque apuestan por el hombre y de la necesidad de formar educadores, de crear un gran movimiento de escuelas de padres, de fortalecer la familia, futuro del hombre y de la sociedad, creando una asociación en defensa de esta institución insustituible”.

Con la llegada de la nueva ministra, no parece que la situación vaya a cambiar. En la Comisión Mixta para educación, Episcopado y Gobierno, evidenciaron sus “profundas discrepancias” sobre el futuro de la asignatura de Religión y el status de sus profesores, donde se buscaron puntos de encuentros sobre estas dos cuestiones, aunque el único “principio de acuerdo” alcanzado fue abrir nuevos plazos para dialogar, y reconocer ambas partes que “será muy difícil llegar a un entendimiento”.

Elñ Secretario de la Conferencia Episcopal añadió a las “dificultades objetivas” para alcanzar un acuerdo, reocndando que, en opinión de la Iglesia, “la LOE no cumple los acuerdos de la Santa Sede”.

Los principales puntos de discordias están en el desarrollo de las disposiciones adicionales que hacen referencia a la asignatura de religión y a los profesores que la imparten. La iglesia sólo aceptará que esta materia “sea impartida en condiciones equiparables al resto de las disciplinas fundamentales, lo que es posible ateniéndonos a los Acuerdos Iglesia-Estado”. Por parte del Gobierno, el Subsecretario de Educación, afirmó “que no hay ninguna postura al respecto”, aunque dejó entrever que se podía “contemplar” la regulación de una alternativa a la Religión, sin el peso académico que exige el Episcopado.

Sobre los profesores de Religión, ambas partes coinciden en que su regulación debe regirse “conforme a derecho”, aunque los Obispos consideran que deben primar los acuerdos de 1.979, mientras que Educación ve inviable un convenio que no cumpla estrictamente el Estatuto de los Trabajadores, reconociendo que “existe confrontación” entre ambas normas.

Las tensiones se pueden suavizar. La nueva Ministra no descarta una consulta al Consejo Escolar del Estado sobre si sería obligatoria alguna alternativa a la Religión para los alumnos que no cursen la asignatura confesional. “Es verdad que se pensó en esto, no se ha hecho, pero siempre puede hacerse”. Las declaraciones de la ministra se produjeron tras la firma del acuerdo de adhesión de la Escuela Católica, al Plan de Convivencia Escolar. Esta iniciativa tienen como fin prevenir y atajar la indisciplina y la violencia en los centros educativos, así como mejorar la convivencia.

Conviene recordad, en relación con la Religión, que en documento de debate sobre la Reforma Educativa –presentado por la anterior ministra- el Ministerio anunció su intención de elevar una “consulta” al Consejo Escolar del Estado, acerca de la alternativa de la Religión. El objeto de la consulta era saber si las familias de los alumnos que lo solicitaran expresamente a título individual, podrían renunciar a realizar actividades alternativas” a la enseñaza confesional de la Religión Católica o de otra confesión.

Pero, la actual Ministra, sin concretar nada se limitó a reiterar que la Religión será de oferta obligatoria para los centros y de libre elección para los alumnos. Y añadió: “Vamos a hacer todo lo posible en el desarrollo reglamentario de la LOE para conseguir que, efectivamente se vean protegidos los derechos tanto de los padres que quieran que sus hijos cursen la asignatura de Religión como aquellos que opten por que no lo hagan”.

El panorama que se describe por parte de la Conferencia Episcopal, en los momentos actuales, no es otro que comparar al mundo con un infierno. Se está asistiendo “a una guerra muy profunda del hombre, que se traduce en la quiebra de la moralidad, nada es bueno, nada es malo, todo depende la subjetividad humana, lo que convierte al mundo en un infierno”. Como ejemplo de ese “eclipse de Dios”, se alude a los muchos millones de aborto que se producen en todo el mundo anualmente. La Ley que ha de proteger al indefenso se utiliza para eliminar al inocente. La medicina que está para curar al hombre se trastoca en un instrumento de muerte. La madre que está para generar vida en su seno es suspendida de su maternidad….

La Iglesia actualmente presenta también otros problemas como el de las vocaciones al sacerdocio, que en los últimos quince años ha descendido un veinticinco por ciento. Los Seminarios españoles se van vaciando poco a poco, siendo la cuestión vocacional uno de los temas que más preocupan en el seno de la Iglesia. A este problema hay que añadir los sacerdotes que dejan de serlo y la alta edad de los que están en activo –media superior a sesenta y cinco años- aumentando la urgencia para asegurar el relevo generacional. En algunas diócesis se está impulsando el trabajo de los diáconos permanentes, que pueden presidir la liturgia de la Palabra y los Sacramentos del Bautismo y del Matrimonio.

Triste panorama que, de momento, en la escuela no se aprecia, ya que, en Primaria, -la cantera- el porcentaje de los alumnos que optan por la asignatura de Religión, está sobre un ochenta por ciento.

En mis últimos años de ejercicio, me correspondió –como tutor- dar la “alternativa” a la Religión a un grupo reducido de alumnos. Como no existía normativa alguna, yo trabajaba con la prensa escrita, donde por iniciativas de los propios alumnos se trataban las noticias que se consideraban más importantes. En una ocasión, el grupo se vio aumentado por un “pequeño apóstata” que renuncio a seguir dando la Religión, argumentando que cuando iba de vacaciones al pueblo de sus padres, no le “caía” bien el cura, porque era muy gordo, -comía muy bien- y paseaba en un “Mercedes”- mucho lujo-.

En este fin de semana nos vista S.S. el Papa, Benedicto XVI, para clausurar el V Encuentro Mundial de las Familias. Se encontrará con ciertos movimientos de hostilidad, como “los en contra de las familias”, “los mil quinientos apóstatas”, que no están dispuestos a seguir siendo católicos, y lo manifiestan públicamente, como debe ser. Esperemos que esta visita dé buenos frutos espirituales y en todas las familias del mundo….
 

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