Hace unos meses, con motivo de la clausura del I Congreso
Diocesano de Educación ”Atrévete a educar”, el Cardenal y
Arzobispo de Toledo, D. Antonio Cañizares, manifestó: “No
nos retiraremos, no tiraremos la toalla, aunque traten de
apartarnos y someternos, porque la obra educativa es la
salvación para el hombre de esta etapa de laicismo y de la
quiebra de la humanidad”, y añadió: “Los cristianos tienen
más razón para soportar por la educación que los demás,
porque apuestan por el hombre y de la necesidad de formar
educadores, de crear un gran movimiento de escuelas de
padres, de fortalecer la familia, futuro del hombre y de la
sociedad, creando una asociación en defensa de esta
institución insustituible”.
Con la llegada de la nueva ministra, no parece que la
situación vaya a cambiar. En la Comisión Mixta para
educación, Episcopado y Gobierno, evidenciaron sus
“profundas discrepancias” sobre el futuro de la asignatura
de Religión y el status de sus profesores, donde se buscaron
puntos de encuentros sobre estas dos cuestiones, aunque el
único “principio de acuerdo” alcanzado fue abrir nuevos
plazos para dialogar, y reconocer ambas partes que “será muy
difícil llegar a un entendimiento”.
Elñ Secretario de la Conferencia Episcopal añadió a las
“dificultades objetivas” para alcanzar un acuerdo,
reocndando que, en opinión de la Iglesia, “la LOE no cumple
los acuerdos de la Santa Sede”.
Los principales puntos de discordias están en el desarrollo
de las disposiciones adicionales que hacen referencia a la
asignatura de religión y a los profesores que la imparten.
La iglesia sólo aceptará que esta materia “sea impartida en
condiciones equiparables al resto de las disciplinas
fundamentales, lo que es posible ateniéndonos a los Acuerdos
Iglesia-Estado”. Por parte del Gobierno, el Subsecretario de
Educación, afirmó “que no hay ninguna postura al respecto”,
aunque dejó entrever que se podía “contemplar” la regulación
de una alternativa a la Religión, sin el peso académico que
exige el Episcopado.
Sobre los profesores de Religión, ambas partes coinciden en
que su regulación debe regirse “conforme a derecho”, aunque
los Obispos consideran que deben primar los acuerdos de
1.979, mientras que Educación ve inviable un convenio que no
cumpla estrictamente el Estatuto de los Trabajadores,
reconociendo que “existe confrontación” entre ambas normas.
Las tensiones se pueden suavizar. La nueva Ministra no
descarta una consulta al Consejo Escolar del Estado sobre si
sería obligatoria alguna alternativa a la Religión para los
alumnos que no cursen la asignatura confesional. “Es verdad
que se pensó en esto, no se ha hecho, pero siempre puede
hacerse”. Las declaraciones de la ministra se produjeron
tras la firma del acuerdo de adhesión de la Escuela
Católica, al Plan de Convivencia Escolar. Esta iniciativa
tienen como fin prevenir y atajar la indisciplina y la
violencia en los centros educativos, así como mejorar la
convivencia.
Conviene recordad, en relación con la Religión, que en
documento de debate sobre la Reforma Educativa –presentado
por la anterior ministra- el Ministerio anunció su intención
de elevar una “consulta” al Consejo Escolar del Estado,
acerca de la alternativa de la Religión. El objeto de la
consulta era saber si las familias de los alumnos que lo
solicitaran expresamente a título individual, podrían
renunciar a realizar actividades alternativas” a la enseñaza
confesional de la Religión Católica o de otra confesión.
Pero, la actual Ministra, sin concretar nada se limitó a
reiterar que la Religión será de oferta obligatoria para los
centros y de libre elección para los alumnos. Y añadió:
“Vamos a hacer todo lo posible en el desarrollo
reglamentario de la LOE para conseguir que, efectivamente se
vean protegidos los derechos tanto de los padres que quieran
que sus hijos cursen la asignatura de Religión como aquellos
que opten por que no lo hagan”.
El panorama que se describe por parte de la Conferencia
Episcopal, en los momentos actuales, no es otro que comparar
al mundo con un infierno. Se está asistiendo “a una guerra
muy profunda del hombre, que se traduce en la quiebra de la
moralidad, nada es bueno, nada es malo, todo depende la
subjetividad humana, lo que convierte al mundo en un
infierno”. Como ejemplo de ese “eclipse de Dios”, se alude a
los muchos millones de aborto que se producen en todo el
mundo anualmente. La Ley que ha de proteger al indefenso se
utiliza para eliminar al inocente. La medicina que está para
curar al hombre se trastoca en un instrumento de muerte. La
madre que está para generar vida en su seno es suspendida de
su maternidad….
La Iglesia actualmente presenta también otros problemas como
el de las vocaciones al sacerdocio, que en los últimos
quince años ha descendido un veinticinco por ciento. Los
Seminarios españoles se van vaciando poco a poco, siendo la
cuestión vocacional uno de los temas que más preocupan en el
seno de la Iglesia. A este problema hay que añadir los
sacerdotes que dejan de serlo y la alta edad de los que
están en activo –media superior a sesenta y cinco años-
aumentando la urgencia para asegurar el relevo generacional.
En algunas diócesis se está impulsando el trabajo de los
diáconos permanentes, que pueden presidir la liturgia de la
Palabra y los Sacramentos del Bautismo y del Matrimonio.
Triste panorama que, de momento, en la escuela no se
aprecia, ya que, en Primaria, -la cantera- el porcentaje de
los alumnos que optan por la asignatura de Religión, está
sobre un ochenta por ciento.
En mis últimos años de ejercicio, me correspondió –como
tutor- dar la “alternativa” a la Religión a un grupo
reducido de alumnos. Como no existía normativa alguna, yo
trabajaba con la prensa escrita, donde por iniciativas de
los propios alumnos se trataban las noticias que se
consideraban más importantes. En una ocasión, el grupo se
vio aumentado por un “pequeño apóstata” que renuncio a
seguir dando la Religión, argumentando que cuando iba de
vacaciones al pueblo de sus padres, no le “caía” bien el
cura, porque era muy gordo, -comía muy bien- y paseaba en un
“Mercedes”- mucho lujo-.
En este fin de semana nos vista S.S. el Papa, Benedicto XVI,
para clausurar el V Encuentro Mundial de las Familias. Se
encontrará con ciertos movimientos de hostilidad, como “los
en contra de las familias”, “los mil quinientos apóstatas”,
que no están dispuestos a seguir siendo católicos, y lo
manifiestan públicamente, como debe ser. Esperemos que esta
visita dé buenos frutos espirituales y en todas las familias
del mundo….
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