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La regeneración del litoral de
Fuente Caballos confirma el interés del Ministerio de Medio
Ambiente por recuperar algunos de los maltrechos tramos de
la costa ceutí. Se trata de recuperar zonas para el ocio,
espacios urbanos inaccesibles que se dignifican y se
convierten en elementos útiles para el uso y disfrute de la
ciudadanía.
En el caso de Fuente Caballos, las ventajas son aún mayores,
ya que se habilitan nuevos accesos a la playa de la Ribera
hasta ahora inexistentes. Todos los ceutíes que bajen del
centro o del Recinto hacia la playa, pueden tomar la
escalera Este, recorrer el sendero y llegar a la playa de la
Ribera, que quedaría perfectamente comunicada por una vía
especialmente apta para personas de movilidad reducida, ya
sean mayores o discapacitados. Además de las grandes vistas
que se abrirán gracias al sendero rural, la orientación Sur
de la playa, resguardada de los vientos, crea un microclima
muy apacible tanto en verano como en invierno, mejorándose
el aprovechamiento de esta playa, que ya fue objeto de una
actuación anterior.
La obra, con dos nuevos accesos, uno por la curva del
Plátano y otra por la puerta Este, viene a completar la de
la Ribera, que permitió habilitar una playa urbana a la
altura de la ciudad. Sin embargo en este caso no todo salió
como estaba previsto. La intervención de los grupos
ecologistas, frenando las actuaciones que ponían en peligro
la muralla del C.N. Caballa, dejó la obra del espigón
inacabada, lo que propició la entrada de sedimentos arenosos
en el foso que impidieron la navegación durante varios
meses.
De esta obra, cuyos perjuicios aún no sabemos si están
totalmente superados, debe tomar buena nota la empresa
adjudicataria de Fuente Caballos. Nuevamente nos encontramos
con patrimonio protegido, pero la previsión debe mandar
sobre la improvisación para que la actuación llegue a buen
término cumpliendo los plazos fijados y sin interrupciones.
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OPINIÓN / EDITORIAL
