Medio Ambiente ha dado luz verde al proyecto de regeneración
del litoral de Fuente Caballos, una actuación que pretende
recuperar para los ceutíes esta zona descuidada e
intransitable ofreciendo un paseo marítimo en consonancia
con el entorno y dos nuevos accesos a la playa de la Ribera.
El área de Fuente Caballos se encuentra actualmente muy
degradada por haber sido zona habitual de vertidos y haber
padecido la actividad de la fábrica de salazón, derrumbada
no hace mucho, además de otros escombros y residuos allí
depositados que no han sido recogidos a lo largo de los
años.
La primera fase de este proyecto, que es la de recuperación
medioambiental, sería básicamente una tarea de limpieza y
recuperación del entorno. Esta fase contempla actuaciones
como la demolición de la escalera situada en la zona este,
el desmontaje de las instalaciones existentes (básicamente
los restos de la red de alumbrado y tres farolas), la
demolición completa de la red de saneamiento existente
(colectores, pozos y casetas de bombas) y una limpieza
general de vertidos y residuos.
En cuanto a la red de saneamiento, la Ciudad se ha
comprometido a desviar los canales para que no entorpezcan
las labores de reconstrucción.
La segunda fase consiste en la defensa costera, retirando la
escollera existente, cuyo estado está bastante degradado y,
en algunos tramos, casi desaparecido. A continuación se
colocaría una nueva escollera a lo largo de todo el borde
costero que comprenden los 500 metros de actuación.
La tercera y última fase será la recuperación urbanística,
que contará con cuatro zonas diferenciadas: la pasarela de
acceso a la playa de la Ribera, la plaza de estancia frente
al mar, el sendero litoral y el acceso a la zona este.
La pasarela tendrá su arranque a través de una plazoleta de
acceso en la confluencia de las calles Independencia y
Alcalde J. Víctory Goñalons. Conectará la zona superior con
la playa mediante la disposición de tres tramos y una
pendiente máxima del 8%. Bajo la rampa, se habilitará un
pequeños edificio de dotaciones de unos 55 metros cuadrados
que albergará un área para la Cruz Roja, un local
multiservicios y unos aseos.
La plaza frente al mar se situará muy próxima a la pasarela
de acceso, bajos los lienzos de la muralla, y estará
compuesta de dos zonas. Una de ellas será de estancia y la
otra tendrá un carácter plenamente deportivo, incluyendo un
circuito de ejercicios al aire libre, Circuito Vita, que
conecta con el sendero litoral.
Sendero litoral
El sendero litoral discurre a lo largo de todo el ámbito de
actuación y cuenta con una sección constante. Está formado
por una banda peatonal , un encintado lateral en el que se
dispone la zona de iluminación y drenajes, y un talud
inclinado de transición entre muralla y nueva actuación. El
sendero se ha trazado adaptándose al propio trazado de la
muralla existente, respetando los desniveles de terreno y
especialmente la disposición de cota suficiente para su
protección frente al oleaje.
La escalera de acceso a la zona este se situará en el límite
este de la zona de actuación, bajo la avenida Recinto Sur.
Se desarrollaría a lo largo de varios tramos, entre los
muros, ya que salva un desnivel importante de unos 15 m.
Conecta el tramo final del sendero litoral con una nueva
plazoleta de acceso dispuesta en la zona superior, en el
baluarte de muralla existente. Las características
constructivas y materiales utilizados serán similares a las
contempladas para la pasarela de acceso a la playa de la
Ribera, unificando de esta forma la imagen general del
proyecto.
Mobiliario Urbano
Se ha dispuesto diverso tipo de mobiliario urbano. En la
plaza de Estancia se contempla la ubicación de bancas de
hormigón simplemente apoyadas y mobiliario deportivo para la
práctica del Circuito Vita. En la pasarela de acceso, en la
rampa intermedia, se dispondrá de bancas de madera.
Igualmente se disponen a lo largo del ámbito de actuación
papeleras de acero inoxidable y pasarelas marítimas para el
cómodo acceso a la playa de la Ribera.
Problemas técnicos
En cuanto a los principales problemas técnicos que se
plantean, la muralla, elemento delimitador entre la tierra y
el mar, constituye el mayor escollo. Vegetación adherida con
su consiguiente efecto erosionador, degradación por efectos
del oleaje y la mala conservación, problemas de estabilidad
y la metodología para su restauración, hacen que sea el
elemento que deba tratarse con un mayor cuidado.
Otras complicaciones técnicas que presenta el proyecto son
el muro de contención frente al oleaje, la peculiar
topografía (con una muralla perimetral y diferencias de
alturas con respecto al mar de 9 y 12 metros, con los
problemas de accesibilidad que esto supone) o la
inestabilidad de los taludes.
La inestabilidad del talud que rodea la escalera situada en
la zona este es evidente, con un tramo muy abrupto. En esta
zona la muralla se separa sensiblemente de la orilla y
discurre por la cabeza del talud, siendo localizable un
punto importante de vertidos incontrolados de basura y
escombros.
En el talud se alternan zonas en las que aparece roca sana
con otras en las que se encuentran rellenos de todo-uno de
cantera y algo de escombro. Dicho terreno presenta síntomas
de inestabilidad, con peligro de deslizamiento en
determinadas condiciones de humedad.
Presupuesto y plazos
La obra de la Ribera tiene un presupuesto de ejecución de
2.024.948 euros y un plazo de nueve meses desde que se
adjudique la licitación. Las fases de limpieza y defensa
costera tendrán un plazo de dos meses, mientras que la
recuperación urbanística ocupará los siete meses restantes.
El proyecto corrió a cargo del arquitecto Vicente Carrión
Botija, de la Dirección General de Costas.
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