¿Qué si yo voy a estar en
Valencia? ¡Ojalá! Pero mi tiesez endémica me lo impide, amen
de que, los actos multitudinarios, donde las emociones
afloran y los sentimientos abruman me impactan demasiado.
Sobre todo como perteneciente a la espectacular e inmensa
mayoría católica española, perseguida y atacada, con escaso
éxito por cierto, por los progresistas de salón que componen
el actual socialismo. Ese vivir el fervor ante Su Santidad
me emociona ,con solo imaginarlo, hasta las lágrimas.
Nunca, desde las persecuciones de Nerón, pasando por los
sangrientos horrores y crímenes contra los cristianos de la
maldita segunda República española, habíamos estado tan
atacados como ahora y, por supuesto, nunca tan chulos ni tan
crecidos. Porque a los cristianos nos pasa como a las
mujeres eslavas: nos crecemos en las dificultades. Se nos
ahuma el pescáo y nos ponemos cerriles. El Zetapé provocando
, nosotros tragando y tomando nota. ¿Qué dicen ustedes?¿Que
si yo pertenezco a ese grupo de creyentes que llaman a
Zetapé “el Anticristo” porque, como dicen las profecías,
“Llegó al poder sobre la sangre de los inocentes”? Pues la
verdad es que yo pienso que el Anticristo debe ser alguien
infinitamente más carismático e inteligente, un auténtico
lider capaz de enloquecer a las masas, mientras que el
Presidente no enloquece ni a los vecinos de su antigua
barriada, porque es sosón y lleva en los trajes de chaqueta
unas hombreras imposibles “nadie” soporta estéticamente las
hombreras de Zetapé ni tampoco sus cejas en forma de
exclamación, ni su ausencia de mandíbula, ni su entonación
monótona. Aznar caía antipático por su prepotencia y
vocecilla chillona, el Presidente directamente “no cae”. Y
menos aún tras la bofetada sin mano, tras el ostión y el
desprecio que nos va a hacer a los católicos, no asistiendo
el domingo al acto clave de la visita papal a España: la
celebración de la Santa Misa.
Ni va el ateo Zetapé ni concurre la atea María Teresa
Fernández de la Vega, la inasistencia del primero me es
indiferente, la de la segunda me apena, porque es el miembro
mejor valorado del ejecutivo socialista, exquisitamente
elegante, con un guardarropa espectacular, fiel seguidora de
las tendencias de la moda, infinitamente más lista que el
resto de sus correligionarios y mujer profesional y
preparada donde las haya. Aunque lo comprendo. Comprendo
que, para los ateos practicantes, que son tan integristas y
tan intransigentes, una Eucaristía en masa, seguida con
devoción por millones de criaturas, muchos votantes del PSOE
por cierto, les moleste e incomode, pero ¡joder! Tampoco les
van a rociar con agua bendita ni a practicar un exorcismo,
se trata de asistir a una bella liturgia que es nuestra y
está íntimamente enraizada en nuestra Historia y en nuestra
cultura, si, a esas raíces que tanto incomodan a los
llamados “laicos”. ¿Qué les comente alguna anécdota de los
laicos también llamados “ateosdemierda”? Vale, el otro día
en las fiestas de San Fermín, donde, el asqueroso del
concejal de cultura del ayuntamiento de Pamplona se negó a
dar el secular y tradicional “¡Viva San Fermín!” porque,
como el fulano es ateo dice que no le da vivas a un santo y
que él diría, como dijo “¡Vivan las fiestas de San Fermín!”
y fue la alcaldesa la que tuvo que hacer que la plaza
aullara encantada tras el chupinazo gritando el “¡Viva San
Fermín!” de toda la vida, tan rabiosamente rechazado por el
concejal renegado.
Para eso admiro a los islámicos, vamos a los del euroislam
tipo mi hermano Hamadi Amar Mohamed, el respeto escrupuloso
por las creencias, el rechazo a las patochadas y la
contundencia con la que tratan a los renegados, a los
apóstatas y a los sacrílegos. Apuesten cualquier cosa a que,
en esta visita papal estarán presentes representantes de
otras creencias, rabinos, imanes y pastores y estarán con un
infinito respeto ante la figura de un Hombre de Dios que
mueve a cientos de millones de creyentes en todo el mundo y
al que seguimos ciegamente, que yo ante un monarca paso y
repaso, porque soy republicana convicta y confesa, pero
delante de “mi” Benedicto XVI, hinco la rodilla y beso con
emoción esa mano capaz de escribir encíclicas que conmoverán
a millones de personas, será que, mi honor, es patrimonio de
mi alma y mi alma solo es de Dios.
Eso si, el Zetapé no quiere renunciar a “la foto” que en la
barriada del Palo se dice “la afoto” y va a ser recibido un
cuarto de hora por Su Santidad en virtud de la exquisita
corrección del Sumo Pontífice y de su educación y caridad.
Como cristiana yo rechazo el que, el Papa, reciba al Zetapé
y acceda a que, el Presidente le utilice para “la afoto” si
quiere fotografiarse para mendigar un voto católico que no
vamos a darle, que se haga un fotomontaje vestido de primera
comunión, pero el Papa no debe recibir a un ateo, porque es
un feo que nos hace a los cristianos, recibir a la familia
real si, porque son católicos, recibir a los peperos
también, porque se confiesan cristianos y dan la cara por
nosotros, pero a socialistas, quitando a Bono y a Vazquez,
que anda ahora por la Santa Sede, a ni uno, antes que reciba
y se fotografíe con los rabinos y los imanes que representan
a colectivos con dignidad y con vergüenza. Eso si, a la misa
irá Moratinos que el otro día estaba en la terminal cuatro
de Barajas y vio a un tipo sacar una coca cola de una
máquina tras meter una moneda. El ministro quedó encantado,
metió un euro y le salió una lata, sonrió hechizado, metió
otro euro y le salió otra, Moratinos alucinó, a la catorce
latas se le acercó uno de esos escoltas que le pagamos y le
dijo “Señor ministro, han anunciado nuestro vuelo” Moratinos
hizo un puchero: “¡Que lástima! ¡Ahora que iba ganando!”. Y
ese es el nivelón sociata que acudirá a la Santa celebración
de la Eucaristía ¡Que injusticia para tantos que nos
quedamos ante el televisor ansiando estar sobre el terreno!.
Ya sé, ya sé que Vivas financia viajes a la Meca y que,
gustosamente me hubiera pagado el viaje a Valencia, pero es
que se me pasó el plazo de la solicitud y han acudido
costeados por la Ciudad Autónoma muchos ceutíes, ya saben,
paridad, reciprocidad y esas leches y mandangas. Venga,
vamos a decirlo todos a una “¡Bienvenido Hombre de Dios!”.
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