Un incendio cuyas causas están sin determinar, asólo más de
cinco hectáreas de la zona militar ‘K-8’ ubicada en el monte
de García Aldave y en el que se debieron emplear a fondo
para su control, más de setenta personas participando en las
tareas de extinción en una actuación perfectamente
coordinada en el marco del Plan de Emergencias activado ante
este espectácular siniestro.
Una negligencia podría ser la causa de que el fuego, ayudado
por el fuerte viento de poniente -muy protagonista en la
zona-, haya logrado cuajar aprovechando el ‘combustible’
natural que proporciona el muy seco monte bajo, predominante
en este sector militar.
Una llamada de aviso urgente, sobre las seis de la tarde, a
la centralita de los servicios de extinción de incendios de
la Ciuda Autónoma, alertó de la importancia del siniestro.
Treinta y cinco bomberos apoyados por cinco camiones
cisterna, 20 agentes de la Guardia Civil, 15 voluntarios de
Protección Civil, Parque Móvil, Cruz Roja, Urbaser con sus
camiones cuba y Policía Local mantuvieron la tensión y el
arrojo necesario como para lograr el control, pese a las
dificultades, del fuego. Su extinción aún no había sido
efectiva al cien por cien al cierre de nuestra edición y los
efectivos del Parque de Bomberos trataban de enfriar la zona
para evitar que el viento reactivase el incendio merced a
las múltiples briznas que aún, a las once de la noche, se
apreciaban.
Carolina Pérez, consejera de Medio Ambiente y Manuel
Coronado, consejero de Gobernación estuvieron ‘in situ’,
durante las operaciones y, pese a haberse solicitado a
Delegación del Gobierno, la preparación y disponibilidad de
algún hidroavión, los propios técnicos rechazaron tal
posibilidad dado que los trabajos para el control del
siniestro funcionaron realmente bien.
Más de cien mil litros de agua no potable se habían
consumido en las tareas de extinción cuando aún el reloj
marcaba las nueve y media de la noche. Al cierre de esta
edición las labores continuaban y el silencio sobre cómo
podía haber quedado afectado el equipamiento militar de la
zona era absoluto. Lo que sí consta es que soldados
participaron y colaboraron en las tareas con extinciones
manuales para prevenir, posiblemente, que el fuego alcanzara
o destruyera algunas de sus instalaciones. La Comandancia
General rehusó hacer declaraciones, remitiendo a los medios
a una nota de prensa que emitirá, supuestamente, hoy.
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