¿Ustedes se consideran
conspiranoicos? Ya saben, de los que creen aunque sea a pies
juntillas la Teoría de la Conspiración y que el Orden
Mundial se bambolea a expensas y estímulos de un siniestro
conspirar de fuerzas ocultas. Cuando llegó el año 2000, los
milenaristas que preconizaban el fin del mundo y todo tipo
de calamitosas majaderías, se alzaron con el título de
conspiranoicos mayores del invento y los periodistas nos
acusábamos mutuamente de creer en malévolas conspiraciones,
tanto por parte de las multinacionales farmacéuticas para
retirar del mercado la patente de la vacuna anticaries, como
por parte de la CIA, cuando no, como mi padre y algunos de
su generación, tener como libro de cabecera “Los protocolos
de los Sabios de Sion” que le echan a la internacional
sionista la culpa de todo cuanto subterráneo se mueve en el
planeta. Ejemplo de pueblo netamente conspiranoico es el
pueblo palestino, ya saben esa especie de estado que se
sustenta sobre los dineros de los “primos” de la UE y que es
el que tiene la mayor lista de agravios de la Historia
Moderna, junto con los kurdos de Turquía que van siempre de
agraviados y los albaneses que, si no levantan cabeza, es
por culpa de los serbios y de las retransmisiones de la
radiotelevisión italiana que sigue teniendo como símbolo
centenario a Rafaela Carrá y sus patéticas contorsiones.
Servidora ha pasado siempre un pelín de conspiraciones, pero
ahora, con los años y los hechos, las eventualidades y los
sucesos, comienzo a estar de alguna manera mosqueada,
rectifico, no estoy mosqueada “de alguna manera” sino a lo
bestia, más mosqueada que un pavo oyendo una pandereta. O yo
no entiendo nada por mi torpeza o tienen razón quienes
murmuran en el país de los murmullos y de la mala leche, que
la famosa Operación Malaya con todos los concejales
marbelleros en la cárcel y los empresarios, promotores y
constructores tremendamente salpicados, es un montaje para
llenar los telediarios y hacer que los españoles olviden los
temas fundamentales y realmente preocupante. Esa es una
estrategia más vieja que Marujita Díaz y sus pelucones y
resulta bastante burda para quien es capaz de leer entre
líneas. Pero dicen los desconfiados que salió lo del
Estatuto Catalán y la consagración de Cataluña como nación,
comenzando por ahí la ruptura de España, pero todos
estábamos muy entretenidos con los vaivenes de Marbella,
“interesaba” que se liara en un lugar tan poco conflictivo y
tan profundamente español como es el sur del sur y que se
liara por prevaricación y un montón de delitos. Mientras
tanto los independentistas de Ezquerra Republicana de
Cataluña, gracias a la denuncia de un funcionario
desesperado, se vieron en la inmensa cagada de tener que
explicar la extorsión y las coacciones al funcionariado de
la Generalidad, que tenía que darles dinero a los de
Ezquerra, en plan impuesto revolucionario, para seguir
manteniendo sus puestos de trabajo y ganando el pan de sus
hijos.
Eso en Marbella hubiera supuesto entradas y registros
domiciliarios, con esposa muerta por infarto del disgusto
incluida al ver llevarse esposado a su cónyuge, calabozos
atestados, cámaras de televisión e incremento de la
población penitenciaria malagueña, envuelto en un sabroso
tufillo a escándalo. Lo hubieran repetido hasta la saciedad.
Porque con la españolísima y andaluza Marbella se atreven.
Con quienes no se atreven es con las boñigas
independentistas del puerco de Carod Rovira, ese renegado
traidor antiespañol, ahí, en los dineros de la extorsión de
Ezquerra, prefirieron no meterse y pasar de puntillas,
maldiciendo los telediarios que daban la noticia. Y nadie
fue a la cárcel. ¿A que les sorprende? Pero es normal. Los
cojones se usan y se gastan en la fiel y leal Andalucía,
porque echarle cojones a los vascos y a los catalanes es
algo mucho más serio y más comprometido.
En una palabra: para gozar de favores y trato especial hay
que ser nacionalista, traidor, etarra o puta. ¿Qué por que
puta? Porque las pilinguis no pagan impuestos ni IVA, el
impuesto sobre la renta que, en su caso comprendería la
labor de la ingle, no cuenta para ellas y la empresa la
llevan directamente a la altura de las partes pudendas y lo
que se lava y se estrena, no tributa, todos son ventajas y
los gastos mínimos, una cama o camastro, un número de
teléfono móvil e imaginación para anunciarse en prensa en el
apartado de anuncio llamado “relax” con reclamos tan sutiles
como “Valkiria do Santos, ama dominante, beso negro” o
“Conejitos calientes, viciosas, griego sin”. Los únicos que
se lucran con el puterío, aparte de las de la nocturnidad,
son los periódicos, si vieran ustedes los de Málaga
alucinarían, algunos anuncios son de publicación
pornográfica, pero la gente ve normal que las putas,
criaturitas, se busquen la vida y la clientela entre los
rijosos patrios. Aunque yo prefiero las putas a los
nacionalistas, porque, como me estoy volviendo conspiranoica,
pienso, que la próxima porquería que nos hagan, como
reconocer que Galicia es una nación y Matalascabrillas del
Duque una realidad nacional en el reino de Taifas que fue
España, en la próxima porquería, tendrá que existir una
tercera parte de la Operación Malaya y meter a un puñado de
abogados en la cárcel, abogados españoles se entiende, que
no abogados batasunos ni a esas lesbianorras rapadas con
toga que defienden a los criminales, para enganchar a esa
basura hay que tener y echarle al tema muchas pelotas,
porque esos muerden. Los trajinosos de la Operación Malaya,
la tonta de Mari Sol Yague, el despabilado Roca, los
abogados madrileños, los concejales, esos no muerden, esos
tragan y no amenazan con matar ni matan a nadie. Con ellos
ya podrán.¡Vaya mierda! ¿Han vivido ustedes tiempos tan
hipócritas y viles como los que nos están tocando padecer y
vivir? Montajes y montajes, cortinas de humo y contubernios,
no judeo masónicos sino político mediáticos. ¿Qué esa es una
reflexión típica de quien ve por todas partes
conspiraciones? Pues que quieren, yo veo conspiraciones,
montajes y mamoneo, será que, a mis años de adolescente
reciclada me estoy volviendo claramente conspiranoica.
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