Que el comercio de Ceuta está en
crisis suena a perogrullada, dado lo manido de esta frase
entre los distintos ‘agentes’ la Ciudad Autónoma. La Mesa de
la Economía planteó entre sus propuestas un buen paquete de
medidas destinadas a la reactivación del sector a través de
subvenciones al transporte de mercancías, la ansiada reforma
del IPSI aplicada a toda la gama de productos gravables, la
apertura de un Despacho de Mercancías en Algeciras que
agilice los trámites y permita la devolución del ‘stock’
sobrante, el estatus del Tarajal como Paso de Mercancías
Autorizado o la regulación del Polígono del Tarajal.
Algunas de estas medidas repercuten directamente sobre el
total de colectivos o gremios que conforman el genérico
sector comercial de la ciudad, pero lo cierto es que los
problemas concretos siempre han precisado de soluciones
concretas.
La Ciudad Autónoma de Ceuta, por sus condiciones específicas
ya conocidas, tiene una necesidad mayor de estar dotada de
servicios básicos que no pueden ser descuidados y eso
incluye una garantía de futuro para los gremios. Panaderos,
zapateros, peleteros, herradores, cristaleros, ceramistas,
carpinteros... todos ellos vinculados a trabajos artesanales
cuyo ‘método’ requiere de un aprendizaje práctico, esto es,
en contacto con el material que se transforma.
Al mismo tiempo no hay que olvidar que el método artesanal
no está enfrentado a la irrupción de la tecnología, y que la
asimilación de este tipo de avances es fundamental para
mantener el plus de competitividad tan necesario para
cualquier empresa.
Aunque la artesanía ha perdido empuje frente a la
proliferación de la industria, del mismo modo que el
comercio minorista ha padecido la entrada de las grandes
superficies, los servicios que prestan los gremios deben ser
garantizados en una ciudad como Ceuta y esto pasa por la
incentivación de sus actividades y el aumento de la
formación.
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