Aplausos, rimas, y, sobre todo, calor para un concurso
esperado, por muchos, durante todo el año. El público que se
congregaba la pasada noche en el auditorio del Instituto de
Educación Secundaria ‘Siete Colinas’ se volcó con las trece
agrupaciones que pasaron por el escenario. Las entradas se
agotaban el pasado jueves, tan sólo media hora después de
que se pusieran a la venta, y sólo unos pocos, -alrededor de
170-, pudieron disfrutar de una noche en la que no cesaron
las canciones, los aplausos y el bueno humor. El presidente
de la Ciudad, Juan Vivas, tuvo su parte de protagonismo, fue
uno de los protagonistas del ambiente que se vivió en el
Instituto, sobre todo, durante los intermedios que se
producían entre las actuaciones. “Que salude Juan Vivas”,
“Que bote Vivas” o “Illa, illa, illa, Juanito maravilla”;
fueron algunas de las rimas que los ceutíes le dedicaron al
máximo representante ceutí quien encajó a la perfección cada
una de las sornas, levantándose de su asiento y saludando a
los que se lo solicitaban. Varias fueron, las veces que el
presidente se levantó, igual que varias fueron las sonrisas
que a lo largo de todo el concurso desprendió a pesar de que
la mayor parte de las coplillas que le dedicaron no eran del
todo positivas.
El presentador del concurso, Carlos Coronado, también tuvo
que ver con el ambiente de la noche de gala. Encargado de
presentar a cada una de las agrupaciones, Coronado invitó al
público a levantarse de sus asientos e, incluso, a bailar. Y
el público, como no, contento y entregado respondió con
movimientos de brazos y de cintura.
Rimas
Y si protagonistas fueron los miembros de las agrupaciones,
protagonistas fueron también los aficionados al concurso que
desde el gallinero, principalmente, gritaban a pleno pulmón
las tradicionales rimas. Unas asonantes, otras consonantes,
otras inexistentes... el caso, que fueran rimas. “Ota, ota,
ota y el que no diga ota es que no le gusta esta chirigota”;
“comparsa, bien; comparsa bien; comparsa bien; y vuestra
madre, también”... y un largo etcétera de composiciones que
tuvieron su ovación más importante cuando una niña se lanzó
a repetir lo que los mayores llevaban cantando a lo largo de
la noche.
Público animado, público entregado y público que vibró con
cada actuación y que se hizo notar cuando el presentador
comunicó el fallo del jurado... ahí llegó la algarabía...
|