Para algunos es la primera visita a la Ciudad Autónoma; para
otros, la segunda o la tercera. Si hace más de veinte años
que no se visita Ceuta, la reestructuración urbana es tan
espectacular como positiva. Así se puede resumir la
percepción de los congresistas que repiten en la Ciudad
Autónoma. Como en la manzana del Revellín, el cambio se
percibe. Nada que ver con la imagen que, desde Segovia,
traía por ejemplo Eduardo Arrieta que hizo la mili en la
ciudad. “Mi recuerdo era distinto”, explica justo antes de
embarcarse en ‘El Desnarigado’ para recorrer el litoral
ceutí. Ahora considera que Ceuta “está mucho mejor”. Algún
otro congresista, echando la vista aún más atrás en el
tiempo, recuerda las calles de tierra que componían el
centro urbano; nada más lejos de los adoquines rojiblancos
que colorean, hoy en día, las aceras locales.
Pero todo no ha sido ocio en estas III Jornadas de
Cumplimiento. De hecho, las horas de trabajo han sido más
numerosas. Nada más llegar, el viernes a la seis y media,
los congresistas fueron directos a participar en el primero
de los talleres que se desarrolló en el Salón de Actos de la
Asamblea; un espacio que estrenaron los médicos para tratar
un tema tan amplio como individualizado: el cumplimiento,
por parte de los pacientes, del tratamiento puesto en caso
de enfermedad crónica. Nieves Martell hablaba el viernes de
implicación del paciente y de adaptación de rutinas. Y de lo
necesarios que son este tipo de encuentros profesionales
para intercambiar experiencias entre colegas. Si la creación
de un planning personalizado funciona en un hospital
sevillano, ¿por qué no va a pasar lo mismo en uno de Huelva?
La comunicación que se establece en los talleres funciona
igual de bien que una asignatura universitaria: se aprende
del otro.
Además, explica Emilio Márquez, responsable de la
organización del congreso (y uno de los impulsores de que el
evento tuviera lugar en la Ciudad Autónoma) que los debates,
desarrollados tras los talleres, se han extendido más de lo
previsto, que los asistentes mostraron mucho interés, y que
por eso se les ha trastocado el calendario de actividades.
El cumplimiento es “el caballo de batalla” de los médicos
que tratan enfermedades crónicas, recordaba Nieves Martell.
El hecho de hacer comprender al paciente que la pastilla se
toma ‘todos los días’ y no cuando cuadre es menos sencillo
de lo que parece, entre otras cosas, porque el enfermo
siente invadida su rutina y no es capaz de adaptarla del
todo. Y además de la farmacología, están las medidas
higiénico-sanitarias, es decir, si una persona es hipertensa
ha de moderar la ingesta de hidratos de carbono y sustituir,
parte de la misma, por verduras o frutas. No es un régimen;
es seguir comiendo pero de forma más inteligente. La clave
es la adaptación. “No es vivir como una monja de clausura”,
asevera Martell, “sino adoptar una pautas más sanas e
introducir pequeñas rutinas en la vida cotidiana”. Y, por
supuesto, dejar de lado pensamientos o prejuicios que
impidan tomar la medicación en público, por parecer un
síntoma de debilidad. Nieves Martell tiene claro que un poco
de autodisciplina es fundamental. Sobre todo a la hora de
alimentarse. Y cita las espeluznantes cifras de obesidad
infantil en España que han subido como la espuma del cava.
Lo que más le preocupa es que la educación en la mesa no se
haga “por falta de tiempo”, un hecho que no concibe y apela
a su propia experiencia de madre de dos hijos y trabajadora:
“si al mediodía no puedes estar con tus hijos a la hora de
comer, hazlo por la noche; y trata de que coman en tu
presencia comidas saludables”. Así lo hizo ella y así lo
recomienda. “Hay que reinventar”. Huir del estatismo es una
máxima en su vida personal. Se ‘relajó’ después de trabajar
en prestigiosos hospitales de todo el mundo. Ahora, en
Ceuta, y después de visitar a su familia, se siente como en
casa.
Como muchos de los congresistas, que agradecen “el excelente
trato ofrecido por la Ciudad”. Emilio Márquez destaca la
organización puesta en marcha; Isabel Vázquez, Antonia
García y Esperanza Rivero resaltan la tranquilidad que les
ha dado tener el transporte concertado desde la
Viceconsejería. “Turismo se ha portado muy bien”, subrayan
las tres congresistas después del paseo marítimo vespertino.
También han estado en el Monte Hacho, viendo Ceuta en
pequeño y en relieve. Las vistas han enamorado a los
congresistas; y si hubiera hecho sol, más de uno hubiera
optado por merendar en lo alto de la montaña. A pesar del
frío, las ganas de hacer y de ver saltaban a la vista.
¿Volverán a celebrar un encuentro en la Ciudad Autónoma? No
está claro que las IV Jornadas de Cumplimiento tengan lugar
en la ciudad; pero seguro que alguno de los profesionales se
tostará al sol ceutí en la playa de la Ribera.
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