“No sabemos cómo denunciarlo”. Andrés Carrera, responsable
del Sindicato Unificado de la Policía en Ceuta, explica que
la situación en el paso del Biutz, aunque conocida por
todos, sigue siendo “insostenible”. La medida más inmediata
que se debería tomar es el incremento de personal en la
zona. “Pedimos más medios humanos”, subraya Carrera. El
responsable pide que el catálogo de personal, que está a
punto de concretarse, incluya a los profesionales necesarios
para cubrir la seguridad del puerto y del propio Biutz. Así,
el incremento previsto de unos 75 agentes para el próximo
ejercicio no sería suficiente, “porque se nos van otros
setenta y cinco en estas dos zonas”, explica Carrera. Las
reuniones a las que ha asisitido el SUP con el encargado de
gestionar el personal en el Cuerpo, han servido para
contemplar este aspecto aunque no para tomar medidas
concretas.
Por otro lado, la UPR de la Policía (Unidad de Proximidad)
estaría, en palabras de Carrera, “hipotecada en el Biutz”,
lo que impide que se mueva por las barriadas, su lugar
habitual de actuación. Zonas como el Príncipe necesitarían
esta unidad, a juicio del SUP. “Al final lo que pasa es que
hay seguridad pública donde debería haber privada”, asevera
Carrera que añade que el control de las mercancías no es
competencia de la Policía Nacional. El problema: “no hay
aduana comercial”, como ocurre en la Ciudad Autónoma de
Melilla. Además, el paso del Biutz “habría que cerrarlo
totalmente, no tiene por qué existir”. Carrera recuerda que
el Sindicato Unificado de Policía “siempre” se negó a que se
abriera después de estudiar las consecuencias que
conllevaría. “Y el tiempo nos ha dado la razón”, subraya su
delegado en Ceuta, “hasta a los comerciantes les viene mal”.
¿Y Marruecos? Para el SUP, el paso comercial sólo ha
beneficiado al país vecino y a su sistema aduanero; y, por
descontado, al comercio ilegal. Además considera que las
decisiones unilaterales que toma Marruecos (el jueves cerró
sus puertas a las doce y media sin previo aviso a las
autoridades españolas) sólo sirven para obstruir más el
paso. En la línea de las recriminaciones a Marruecos,
Carrera recuerda que en Navidades, los agentes tomaron unos
días de vacaciones. “Pero ellos decidieron abrir el 27 y el
28 y tuvimos que trabajar”. La fiesta musulmana del cordero
supuso el cierre del lado marroquí durante cerca de veinte
días. “Cierran cuando quieren”, concluyó el responsable del
sindicato policial.
Otro tema es la renovación de los uniformes. “Llevamos cerca
de un año sin cambiarlos”. Pero lo que más preocupa al
sindicato son las bajas psicológicas que pueden empezar a
pedir los agentes. “Soportan mucha presión; se les encoje el
corazón viendo lo que pasa a diario. Se dispara la
adrenalina tras cinco horas trabajando en esas condiciones.
Las autoridades tienen que actuar”.
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