Después de cinco años desde su puesta en marcha, la Ley del
Menor (5/2000) funciona en Ceuta. No de manera “idílica”
pero sí de forma correcta y con visos de mejorar. Así lo
expresó ayer Miguel Fábrega, director general de Menores de
la Ciudad, en la presentación del balance de la normativa a
lo largo de 2005. Fábrega estuvo acompañado por Carmen Liñán,
-del área de centros-, Francisco Pacheco -del área de medios
abiertos- y Jorge Cruces, jefe del Área de Menores. Todos
ellos realizaron un balance positivo de las medidas
aplicadas y de la inmediatez con la se materializan. Entre
los datos aportados, destaca el descenso interanual del 13,5
por ciento en la imposición de medidas respecto a 2004, así
como un nueve en los internamientos.
Quizá uno de los datos más significativos fue una
apreciación de Fábrega, que señaló el descenso en la edad a
la que se delinque. El director, siguiendo su línea del
estudio ‘caso por caso’, señaló que en muchas ocasiones
podría permitirse la entrada en centros a menores más
jóvenes, en aras de mejorar su situación. A pesar de la
integralidad de la normativa, las lagunas legales hacen que
algunos delitos queden impunes o se traten de forma
incorrecta. La Dirección iniciará en breve una campaña
informativa en los centros escolares para atender a las
necesidades de estos jóvenes. Respecto a las faltas, la
Dirección General de Menores, destacó, con un 42 por ciento,
el motivo de lesiones, al que siguen las amenazas, injurias,
hurtos y otras sin definir. En cuanto a delitos, el agravio
sobre la propiedad es el mayoritario. Resalta el hecho de
que no se da un alto porcentaje de menores detenidos por
delitos contra la salud pública y sólo un cuatro por ciento,
por delitos graves. Por otro lado, la mitad de los delitos
fueron cometidos por menores extranjeros, principalmente
marroquíes, concretamente un 54 por ciento, dos puntos por
debajo de la cifra del pasado año. La causa principal, los
delitos contra la libertad de los trabajadores.
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Vejaciones por móvil o internet
Los nuevos delitos significan un seis por ciento de los que
se cometen de forma habitual por los menores. En ellos hay
que incluir las vejaciones o violaciones de la intimidad que
se realizan en la actualidad con las cámaras de los
teléfonos móviles, con su posterior difusión; internet
también es otro medio difusor extremadamente rápido.
Francisco Pacheco, del área de Medios Abiertos, indicó ayer
que, al no existir precedentes al respecto, este tipo de
delitos son prácticamente un reto para las administraciones
y servicios de menores. “Hay un acosador pero también hay
espectadores”, explicó Pacheco quien también se hizo eco de
los casos con niños hiperactivos o de los casos de bandas
juveniles violentas. Para que los responsables sepan
enfrentarse a cada una de estas situaciones, la Fiscalía ha
editado una hoja informativa donde detalla los pasos a
seguir. Actualmente, el Juzgado de Instrucción número 1 de
Ceuta mantiene abierta una investigación por la difusión a
través del teléfono móvil de un vídeo de contenido sexual
donde se ve a una menor semidesnuda.
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