Inauguramos el alumbrado
extraordinario de nuestros carnavales y servidor con estos
pelos y sin afeitar.
Me voy raudo a la peluquería y le ruego, a mi amigo el
barbero, me pele y me rasure en plan carnaval, tal y como
corresponde a quien quiere participar en él.
Para estar a tono con la fiesta del dios Momo, me pongo como
loco a buscar el mejor disfraz para participar en la
cabalgata.
Busco en el baúl de los recuerdos y, en eso, me acuerdo que
eso del baúl de los recuerdos es una canción de Karina.
Dejo el baúl de los recuerdos para Karina y sigo buscando un
disfraz acorde con mi categoría y alta alcurnia. No se me
rían por lo de alta alcurnia, porque esa es verdad al lado
de los que, aún, llevan el aro del cubo marcado en el
trasero y no lo quieren reconocer ¡País!
Estando en ese menester pienso, hoy no pido perdón por
pensar porque no me da la gana que para eso estamos en
carnaval, que la cosa se me puede complicar sino pido
permiso para ir en la cabalgata, al que manda en Ceuta, que
me he enterado, muy bien enterado que aquí, en esta tierra
mía, hay quien manda en ella, y pobre de aquel que
desobedezca sus ordenes, ese será castigado con todas las
penas del infierno y, además, no saldrá en al foto de
familia que, algún día, se tendrán que hacer, en la comida
de homenaje, como despedida el personaje en cuestión. La
cosa parece que no va a tardar mucho en llevarse a cabo,
según las últimas noticias recibidas a través de “radio
patio”
Bueno, mientras sea ese el castigo, el de condenarme a todas
las penas del infierno, me importa tres pepinos desobedecer
las ordenes del que manda, porque también me he enterado,
muy bien enterado, de que el infierno no existe.
Oiga, amigo guardia, eso de que el infierno no existe no es
cosas mía, que quien lo ha dicho sabe más que nadie del
asunto.
Menudo problema le va a crear esa afirmación, de la no
existencia del infierno, a más de un mea pila que ya no va a
poder asustar a los niños de pecho diciéndoles que como sean
malos van a ir al infierno de cabeza y arderán en el fuego
eterno. Que cachondeo, tú
La verdad, eso tengo que reconocerlo, que llevaba toda la
razón del mundo el que dijo que el inferno no existe en el
más allá, porque el infierno, el auténtico infierno está en
esta vida que nos ha tocado en suerte, donde hay tantos
“demonios” y tantos “hijos de demonios”
Y, uno, en su ignorancia sobre el asunto, le da por
preguntarse ¿si no existe el infierno, qué es lo qué existe,
en el más allá, sólo el purgatorio y el cielo?.
Si sólo existen esas dos cosas, purgatorio y cielo, servidor
aunque se cabreen una jartá ese personal que me amenaza,
cada día, con todas las penas del infierno, se van a llevar
un chasco, cuando sepan que tengo más que ganado el cielo
. Me lo han dicho en varias ocasiones, cuando iba a la cruz
de mayo de los Remedios, daba una propina, tocaban la
campana, y me decían, “usted irá al cielo”. .
Cosa que me llena de satisfacción al comprobar, como
algunos, que se gastan menos que los railes del tren y,
jamás, se les ocurren dar una propina, entre otras cosas
porque, siempre, van de gañote, esos no van a ir al cielo.
Pues nada, ajo y agua.
Por fin, tras una dura lucha buscando el disfraz más
adecuado, me encuentro uno que es el que más me gusta, el de
Cantinflas. No puedo negar que he sido y seré, mientras
viva, un gran admirador del genial cómico mejicano., Mario
Moreno, con el que tuve la suerte de poder hablar con él,
durante unos minutos en Sevilla.
Bueno, pues como les digo, ya tengo el disfraz y no me lo
pienso más, servidor irá en la cabalgata con semejante
disfraz.
Por cierto no será la primera y espero que ni la última en
que utilice éste disfraz que tanto me hace disfrutar,
recordando mis tiempos en los que imitaba al genial cómico
mejicano.
Y que conste, en acta, que según los aplausos recibidos, no
debería de hacerlo nada mal. ¡Ele y no tengo abuela!.
Lo único que me preocupa es pensar, hoy pienso porqueme da
la gana, ya lo he dicho anteriormente, son esas criaturitas
mías, politiquillos de medio pelo y sus pelotas y lameculos
, si serán capaces de encontrar el disfraz adecuado para
poder ir en la cabalgata.
Se podrían poner el de “trincones” o el de lameculos, pero
no sé si ese disfraz existe ¡Eureka, lo tengo!.
Me ha costado un buen trabajo pero, al final, he lanzado ese
grito famoso porque he dado con el mejor disfraz que pueden
vestir y lucir en la cabalgata.
Se pueden, perfectamente, disfrazar, ya que son ”pelotas” de
balones.
Todos ellos disfrazados de balones, rodeando al jefe,
riéndole las gracias y, este, el jefe, de vez en cuando,
pegando un buen “pelotazo” que es lo suyo.
Teniendo cuidado de no darle ningún “pelotazo” al personal
que esté presenciando la cabalgata. Tranquilos que el
”pelotazo” es sólo suyo.
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