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OPINIÓN - SÁBADO 18 DE FEBRERO DE 2006

 

OPINIÓN / EL OASIS

La mala educación
 


Manolo De la Torre
manolodelatorre@elpueblodeceuta.com
 

El día nueve, jueves, quedé citado con Antonia María Palomo en el edificio del Ayuntamiento para entrevistarla. Pues creí conveniente que me contara cuestiones relativas a la visita del presidente del Gobierno y que respondiera también sobre otros asuntos referentes al momento que se vive en el Partido Socialista de Ceuta.

Llegué a la cita, como es mi costumbre, con antelación suficiente al horario que había acordado con la secretaria general. De manera que decidí esperarla en el pasillo que hay entre el despacho de la Presidencia y el salón dedicado a la celebración de los plenos. Y allí me encontré con José Luis Morales que charlaba con la viceconsejera Cristina Bernal. Me invitaron a sentarme con ellos y allá que nos dedicamos a pegar la hebra. A mí me dio por contarles detalles del petardo que había dado el Madrid en Zaragoza y salió a relucir el mal momento que atraviesa la Asociación Deportiva Ceuta.

En vista de que el tiempo pasaba y que la señora Palomo no daba señales de vida, nos pusimos a hablar de ella en términos agradables y hasta nos dio tiempo a destacar su labor cuando la sede de la calle Daoíz parecía estar a punto de ser cerrada por falta de personal. De pronto, en el silencio del edificio sonó una voz parecida a la suya y el consejero de la Presidencia exclamó: “¡Ya la tenemos aquí!...”. Fue una falsa alarma y mi espera siguió prolongándose, mientras que Morales no dejaba de mirar su reloj y principiaba a dar muestras evidentes de impaciencia propensa a estallar en cabreo impresionante.

Dándome cuenta de que los nervios del ex senador iban en aumento, por más que tratara de disimularlos, opté por hablar de la visita de Zapatero a Ceuta y ello propició que acabáramos opinando del Estatuto de Cataluña, de la posible tregua de ETA y, cómo no, de la oposición que está haciendo el PP y también de la baraca que se le atribuye a ZP. Sin embargo, agotamos la conversación, nuevamente, y en el pasillo de espera seguíamos estando las mismas personas. Entonces, Morales me dijo que estaba harto de aguantar los desaires y la informalidad de los políticos comprometidos con asistir a las reuniones destinadas a consensuar la reforma del Estatuto de Autonomía.

“Primero, me dijeron que les era imposible venir si la reunión se celebraba por la mañana; luego, como puedes comprobar, Manolo, llevamos mucho tiempo de retraso sobre el horario previsto y lo que te rondaré, morena. Puesto que esto viene sucediendo siempre”. Dicho ello, decidió levantarse de la butaca y empezó a pasear para evitar que la malaúva no comenzara a salirle por la boca en forma de espumarajos innombrables.

La llegada de Antonia María Palomo, pasada ya y con creces las cinco y media de la tarde, hizo posible que yo la entrevistara, durante media hora, en el interior de la sala de Plenos; es decir, sitio también destinado para que los comisionados por cada partido debatan los artículos de la reforma estatuaria que han de ser aprobados por todos. Lo que demostraba que la informalidad de la cual se quejaba Morales, como presidente de la citada comisión, era tan cierta como entendible su malhumor.

Ahora, pasado ya varios días, y leyendo la noticia firmada por Rocío Abad, en la que José Luis Morales acusa a UDCE y PDSC de “dinamitar” el futuro Estatuto, lo entiendo y apruebo su denuncia. No por las diferencias que puedan existir entre partidos a la hora de estar de acuerdo con la aprobación de los artículos, sino por la falta de puntualidad. Un signo evidente de mala educación. Que no me extraña que ponga de los nervios al Consejero de la Presidencia. Por lo tanto, hace muy bien en gritarlo a los cuatro vientos y anunciar que está dispuesto a romper la baraja.
 

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