- Todo está politizado. Nada
escapa a los políticos que tratan, por todos los medios a su
alcance, dominar todas y cada una de las situaciones que
rodean la vida del personal, ya sean culturales, políticas,
artísticas e incluso deportivas,. para mostrarse como
vulgares dictadores, haciéndonos saber que aquí quienes
mandan son ellos y nadie más. El que se mueva no sale en la
foto, la calle es mía y aquí el que manda soy yo.
Al parece,.no tienen más motivación que dominar todos y cada
uno de los medios donde crean pueden obstener algún que otro
voto, sin pararse, por unos momentos, a pensar que quizás
unas de esas determinaciones tomadas, envez de darle votos
se los pueda restar.
Los dictadores de pacotillas no se paran en barras a la hora
de dar las ordenes que crean más oportunas para sus
intereses, caiga quien caiga.
Esta situación, de querer estar mandando en todas partes, ha
llevado a algunos políticos u lo que sean, que tampoco hay
que exagerar, a cometer errores de bulto que cuando, con el
paso del tiempo, les han dejado con el trasero al aire
mostrando su incapacidad para gobernar ciertas cosas, buscan
hacer correr la voz de que la culpa es de otros y no de
ellos que, en defintiva, en su afán por mostrarse como
vulgares dictadores, que se hace lo queellos deciden, no han
hecho más que meter la patita hasta el corvejón.
A todos estos polítiquillos de mediopelo, vulgares
dictadores, analfabetos cum laude, alguien debería decirles
y aplicarles aquel refran que dice: “zapatero a tus
zapatos”.
Los errores, en política se suelen pagar a un muy alto
precio. Cosa que, a estos dictadores, les traen sin cuidado
porque, al fin de cuentas, a ellos no les afectará lo más
mínimo.
Los efectos de esta metedura de patita, de estos dictadores
de pacotilla, repercutirán sobre otros que, sin que nadie
sepa los motivos, acatan las decisiones tomadas por esta
fauna, sin pararse a pensar los resultados contraproducentes
que les pueden acarrear en su carrera política. Que error,
que gran error.
Ante esto vuelve, con más fuerza que nunca, a mi memoria, la
canción de “Los Paquiros” en aquella estrofa que dice: “no
te fies del amigo // que te alaba y te sonríe // porque
detrás de esa sonrisa se esconde una traición//.
Seguro que están tan ciegos los políticios que acatan sin
rechistar la decisiones de estos personajillos polítiquillos
de mediopelo, dictadores baratos que, con toda certeza, sin
miedo a equivocarnos, tirarán este consejo que les damos sin
cobrarles un duro, de la estrofa de la canción al cubo de la
basura, pensando que sólo son imaginaciones nuestras para
molestar a estos analfabetos cum laude que se han creído el
ómbligo del mundo, cuando sólo, son el trasero del mismo.
Bueno, en esta vida, todo es cuestión de paciencia y darle
tiempo al tiempo para que todo llegue a su final. Un final
que, con toda seguridad, lamentarán todos aquellos que no
nos hacen caso a estos consejos que les damos, de forma
totalmente gratuitas, cuando vean como esas decisiones
tomadas por esta panda de dictadores baratos, polítiquillos
del tres al cuarto, afectan a su carrera politica,
restándoles votos que hasta pueden hacer tambalear su más
que ganada fama y popularidad. Claro, que ese es su
problema, y comodecía la sabia de mí abuela, sarna con gusto
no pica. Y alque le pique que se arasque.
Dicen que el que avisa no es traidor y, servidor, no es
traidor a quienes considera sus amigos, que hemos defendido
desde estas páginas contra viento y marea, por eso
nospermtímos el lujo de darle un buen consejo
Lo mismo que defendimos a, Jesús Fortes, quien tampoco, las
cosas claras para que no haya engaño, no hizo ni puñetero
caso a cuantos consejos le fuimos dando a lo largo de un
tiempo.
Por el contrario, Jesús Fortes, les hizo todo el caso
delmundo, a aquellos cuentistas, que se habían marcado la
meta de quitarlo de presidente.
Fueron esos mismos que ejecutaron a la perfección la estrofa
de la canción de “Los Paquiros”, riéndoles todas las
gracias, aunque el chistecito fuese malo de solemnidad,
alabándolo en su propia cara, dándole el abrazo de Vergara,
mientras por detrás le daban todas las puñaladas del mundo.
¿Miento en lo qué estoy diciendo, Jesús?.
Me gustaría, Jesús, que unsiglo de estos déjases, por unos
momentos de ser político y, sobre todo, hombre de partido y
me contases algunas de las conversaciones mantenidas con
algunos de los que te traicionaron, cuanto tanto te debían,
con llantos de cocodrilo incluido. Pues si París vale una
misa, un puestecito, para un inútil, al menos vale un
derramamientode lágrimas de cocodrilo.
Como sé, positivamente, que nunca me vas a contar nada de
eso y de otras cosas que, después de darte la puñalada te
has enterado, igual me canso y un siglo de esto, saltándome
tu opinión a la torera y dejando la amistad a un lado,
cuento todo. Nos vamos a divertir.
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