La Policía Judicial de La Línea de la Concepción (Cádiz) ha
concluido una operación iniciada el pasado septiembre, a
raíz de una denuncia por estafa, deteniendo a un hombre de
origen cubano que había cometido 82 delitos y 27 faltas de
hurto cuando ejercía la medicina en una clínica privada de
Jaén, para lo cual carece de titulación, actividad que
también desplegó en centros y hospitales de Málaga, Sevilla,
Madrid, Ceuta y Cádiz.
El detenido, R.M.M., de 44 años de edad, según los datos
facilitados por la Guardia Civil de la Línea d ela
Concepción ejerció la medicina general en el Hospital del
Ingesa de la Ciudad Autónoma durante un mes y medio en el
verano de 2005. El presunto impostor presentó su titulación
a la dirección del centro pero fue fulminantemente cesado al
detectarse anomalías en los tratamientos indicados alos
pacientes, según informaron a El Pueblo de Ceuta fuentes
hospitalarias.
La noticia no ha causado demasiada sorpresa en la Sanidad
ceutí debido a las sospechas que en su día levantó el
trabajo del falso médico cubano que ejerció la medicina sin
licencia en el Ingesa durante poco más de un mes y medio
durante el pasado año. Pese a todo, la titulación presentada
en su día para ocupar el puesto en Medicina General pasó
todos los filtros de la dirección del Hospital ceutí.
Según un comunicado de la Guardia Civil, las investigaciones
comenzaron el pasado septiembre en San Roque (Cádiz) tras la
denuncia de una vecina de la localidad de que habían usado
su tarjeta de crédito sacando un importe de 1.212 euros,
pese a no haberla perdido. Así, se descubrió que R.M.M., de
44 años, natural de Cuba y vecino de Montequinto (Sevilla)
la había usado para hacer dos pagos a una compañía de
telefonía móvil. La denunciante reconoció que tuvo una
relación con R.M.M., de ahí que tuviera los datos de la
tarjeta. Así, se inició su búsqueda y fue localizado en un
hotel del Campo de Gibraltar, donde tenía su paradero
temporal y dejó una deuda de 1.373 euros, además de tres
pistolas de fogueo y diversa documentación, documentos
bancarios y datos de empresas y particulares falsificados.
Gracias a ello, fue detenido e ingresado en prisión
preventiva, ya que tenía una requisitoria pendiente de la
Audiencia Provincial de Sevilla, por un presunto delito de
agresión sexual. Tras su paso por la prisión de Sevilla, la
Guardia Civil realiza \"intensas\" gestiones para
localizarlo, ya que se encontraba en paradero desconocido.
Tras mucho tiempo investigando, la Guardia Civil dio con
este escurridizo delincuente que atesora todo un catálogo de
delitos y hurtos que han dejado un rastro que permitió a las
fuerzas de seguridad dar con su paradero.
Finalmente, R.M.M. ha sido hallado en una clínica privada de
Jaén y detenido como presunto autor de 82 delitos, 13 por
estafas, uno de hurto, 25 por descubrimiento y revelación de
secretos, 17 por falsedad documental, ocho de usurpación de
estado civil, dos por denuncia falsa, 12 de quebrantamientos
de condena, dos por robo, dos de apropiación indebida, y 27
faltas de Hurto.
Instruidas las pertinentes diligencias, el detenido ha sido
entregado al juzgado de instrucción número tres de Jaén, que
ha decretado su inmediato traslado al número dos de San
Roque, que atiende la causa.
Homologación del título cubano
La Guardia Civil ha averiguado que el detenido, desde que
entró en España en el año 1994 como refugiado político de
Cuba, solicitó la homologación de un título de Medicina de
una Universidad cubana, que aportaba a su nombre,
supuestamente falsificado. Ese falso título le ha servido
durante todo este tiempo para moverse por España con el
amparo de un puesto de trabajo que le diera cobertura para
sus estafas.
Así, consiguió la documentación legal para ejercer la
medicina en distintos centros españoles, tanto privados como
públicos, de Madrid, Sevilla, Ronda (Málaga), Ceuta,
Algeciras y San Roque (Cádiz). Además, en cada lugar donde
residió, entre otros hechos delictivos, hurtó
correspondencia de los buzones de correos para estafar a sus
propietarios, de modo que hay hasta 20 perjudicados entre
particulares y empresas.
Sus víctimas no se habían percatado de que habían sido
objeto de estafas, usurpación de identidad , descubrimiento
y revelación de secretos, entre otros delitos.
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