De qué presumes tú, tururú. Si tú
no vales ná, tarará.
Bueno, esto no es más que una parte de la letra de una
canción, que le vendría como anillo al dedo, a ese
pesonajillo, polítiquillo del tres al cuarto, analfabeto cum
laude, que va pregonando, como una auténtica hazaña algo que
cree haber conseguido. Pobrecito, que pena me da tan anciano
él y tonto con balcón a la calle.
¿De verdad, qué te has creído lo qué le vas contando, como
un gran triunfo personal, a los cuatro pelotas y lameculos
qué te rodean?. Si, desde luego, piensas que es así, que es
un gran triunfo personal, eres más tonto de lo que te
corresponde.
Que no, tío, que esto aún no se ha terminado. Esto sóloes un
pequeño respiro para ayudarte a contar tus batallitas
porque, uno sigue fiel a los sabios consejos de mí abuela.
La sabia de mí abuela me decía que nada hay mejor, que una
retirada a tiempo, porque esa retirada es una victoria sobre
un enemigo pequeño, alque, sin duda alguna, acabarán
“tragándose”, sus propios amigos, en el caso que le queden
algunos. Es la triste historia que acompaña, siempre, a los
dictadores baratos y a los engaña bobos.
En fin, querido mio de mis entretelas, analfabeto cum laude,
siguiéndo los consejos dela sabia de mí abuela he sacado una
silla a la puerta de mi casa, me he sentado en ella y a
esperar. Ya sabes lo que dicen eso de sentarte a la puerta
de tu casa para ver pasar...
Por hoy, tú tranquilo, ya no te molesto más, el menda es
así. Pero por tu bien, permíteme un consejo, este como hay
diferencia entre nostros, no te lo cobro, no me gustan las
comisiones, deja de ir diciéndo chorradas, aunque lo de
decir chorradas y tonterías, sean una máxima en tu vida..
¿Vale, colega?.
Cambíamos de tercio, déjamos tranquilo al analfabeto de
turno y engaña bobos profesional, hasta la aparición del
“pelotazo” ese, que tanto se rumorea en la calle que se
quiere dar y cuyo camino se está preprando. Y todo, hijo
mío, cariñito de papá, por una de tus geniales gestiones.
Tiempo, al tiempo, todo se andará.
Hasta pronto, imitador del gran “pelotazo” que guarda ensus
piernas, el fenomenal jugador brasileño, Roberto Carlos.
Lo dicho, cambíamos de tercio sin más dilación, y nos vamos
a esa obra que, al parecer, es tabú, cual es la manzana del
Revellín.
La Ciudad , no hace muchas fechas ha destinado nueve
millones de euros para concluir las obras de la Manzana del
Revellín. Con esta inversión, por parte de la Ciudad, se
acometerá la última fase para concluir la parte pública del,
proyecto del Centro cultural y comercial que diseñó Alvaro
Siza.
Pues nada, a ver si acabamos, de una vez por todas, con la
dichosa obra que va a durar más que la Sagrada Familia.
Nada más lejos de nuestro ánimo que lanzar critica alguna
sobre la mencionada obra diseñada por Alvaro Siza, que según
dicen, y si lo dicen los entendidos su razones tendrán para
ello, el diseñador de la obra es un auténtico genio en estos
asuntos.
Como uno es como es, y no de más carnes, por supuesto no
entiende nada de nada de obras y, mucho menos de diseños de
las mismas.
Servidor se limita a ver que es lo que se está haciendo y
decide, después de echarle un vistazo, si le gusta o no le
gusta, pues sabido es que el libro del gusto está en blanco.
Y el gusto es mio
Por más que miro y remiro la obra, me da la sensación, no
extraña, que aquello es lo más parecido a un bunker donde
refugiarse en caso de algún que otro ataque atómico.
Repito e insisto, en mi tremenda ignorancia sobre obras y
diseños de las mismas, guiándome para dar mi opinión, sobre
ellas, de lo que perciben mis ojos y trasladan al disco duro
de mi cerebro. No hay más.
Y en estos momentos, cada vez que paso por esa gran obra, me
sigue dando esa sensación de bunker que no se puede aguantá.
¿Qué quieren qué les diga?.
Alguien me dice que, al final, quedará una cosa preciosa.
Bueno, pues será al final pero, de momento, amigo guardia,
¡que obra más fea!.
Y, encima, para que me enfade más, me cuenta que allí va un
teatro con un aforo para seiscientas personas. Oiga, amigo
guardia, lo que me faltaba para el duro, que hagan unteatro
y para seiscientas personas.
O sea toda a vida suspirando y pidiéndo un teatro comoDios
manda y nos van a hacer uno de juguete dentro de una
manzana.
Igual, como lo van a hacer dentro de una manzana, quieren
representar el cuento de la Cenicienta, aprovechando
lamanzana para hacer su carroza y todo. ¡Nos va a quedar, el
teatro como una cosas monisima!. Mire usted, amigo guardia.
Total que quitando los “bocados” dado a la “manzana”, nos
queda un teatro de lo más ridículo. Para ese viaje no
senecesitan alforjas.
Todas las ciudades e inclusio los más pequeños pueblosde
España tienen un teatro como Dios manda.
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