Hubo un tiempo que era posible encontrar la cosa más
inverosímil en la Oficina de Objetos Perdidos. Ahora no hay
siquiera Oficina de Objetos Perdidos. “Si alguien encuentra
algo de valor se lo queda, ya entregan poca cosa, como mucho
documentación y llaves”, reconoce un miembro de la Policía
Local de Ceuta adscrito al personal de materiales, almacén
en el que han terminado recalando los pocos enseres
olvidados que llegan a la Comisaría de Avenida España.
No esperen, como el arriba firmante, encontrar estanterías
llenas de paraguas, agendas, relojes, gafas o teléfonos
huérfanos de dueño. Si acaso centenares de documentos de
identidad, carnets de conducir o llaveros un día perdidos y
al siguiente olvidados.
Pero siempre hay una anécdota que recordar. El personal de
la sección de Objetos Perdidos aún recuerda el día en que
llegó una señora buscando su dentadura postiza, “la pobre
mujer se la había dejado olvidada en una cafetería”,
recuerdan en la Comisaría ceutí, “y no es tan raro, suele
ser habitual que se extravíen pues han de quitárselas cuando
toman algo caliente”, explican. Así es, la dentadura postiza
es un clásico de las Oficinas de Objetos Perdidos.
Dos paradojas destacan en el universo olvidado de los
objetos pedidos. El objeto tal vez más perdido de la
historia de la humanidad, pese a haberse incorporado
recientemente a nuestro catálogo de gadgets, el teléfono
móvil, no llega nunca a las estanterías de la Comisaría de
Policía Local. “Mira que se pierden móviles cada día, pues
no nos entregan ni uno”, apunta un miembro del personal del
almacén de materiales, “si algo tiene valor nadie lo
devuelve”.
La otra curiosidad es que la ‘Ley de Murphy’ también se
cumple, inevitablemente, en Objetos Perdidos: “Si alguien
viene a buscar unas llaves extraviadas seguro que no están.
Estarán muchas otras, pero no las suyas”, ironizan en la
Comisaría ceutí.
Por tiempo indefinido
Allí permanecerán un tiempo indefinido pues no hay una
reglamentación clara ni un protocolo a seguir para el
almacenamiento limitado en el tiempo o su destrucción (o
reciclaje). De hecho, la mayoría de las llaves y mucha de la
documentación lleva olvidada en los archivos de la Comisaría
de la Policía Local desde que recuerdan quienes trabajan
allí hace ya más de cinco años.
Robados y perdidos
El motivo más común para que esta documentación se extravíe
suele ser el robo que suele tener a la documentación
personal, carnets de conducir o tarjetas sanitarias como
daños colaterales. Hubo un tiempo en el que los carteristas
optaban por depositar los restos de sus botines en las
cisternas de unos servicios públicos del centro. Ahora hay
menos carteristas y, parece ser, menos ordenados pues optan
por jardines y papeleras para depositar las billeteras
vacías tras el consiguiente hurto.
|
Identidades extraviadas
En los cajones del Archivo y el
almacén de materiales de la Comisaría de la Policía Local de
la Ciudad Autónoma duermen durante años la documentación que
no pudo ser devuelta a sus legítimos dueños, aquella cuyos
titulares no se molestaron en actualizar sus documentos
personales indicando el cambio de domicilio.
El resto es devuelta a sus dueños. Si son residentes en la
Ciudad Autónoma de Ceuta se encarga un patrullero y si la
documentación extraviada pertenece a un visitante de la
península las respectivas comisarías de Policía Local se
pone en contacto para garantizar su devolución. Ambas
comisarías vigilarán el proceso completo para asegurarse de
que la documentación será correctamente devuelta.
Y es que documentación y llaves son ya los últimos
inquilinos del almacén de Objetos Perdidos, un servicio cada
vez menos utilizado aunque no por ello menos útil.
De momento siguen acogiendo llaves y carnets sin amo,
sumando un llavero más, una tarjeta de identidad más que,
muy probablemente, dormirá allí el sueño de los olvidados.
|