Pregunta: ¿Cuánta quina tuvo usted que tragar a partir de
que se publicara la postura mantenida por ZP ante Driss
Jettu?
Respuesta: No tragué quina, pero sufrí mucho al
interpretarse de manera equivocada la actitud del presidente
del Gobierno.
P. ¿Fueron los peores momentos que ha vivido como
secretaria general?
R. No fueron los peores, seguro que no; aunque sí fueron
difíciles.
P. ¿Se le ocurrió llamar a algún cargo de su partido para
que le explicara por qué se había producido semejante
disparate?
R. No. Porque yo estuve viendo en directo lo ocurrido, y
conociendo al presidente, pensé, inmediatamente, que no
había sido un acto de silencio que guardara relación con la
presencia del ministro marroquí.
P. ¿Qué sintió cuando ZP, durante el Debate del Estatuto
de las Autonomías, anunció que vendría a Ceuta?
R. Debo decirle que no entendí cómo el presidente de la
Ciudad habló en el debate de lo mal que se encontraba Ceuta,
cuando no hacía mucho, declaraba que estábamos tan bien, tan
bien..., que José María Aznar se merecía ser nombrado hijo
adoptivo de Ceuta. Una hipocresía política que, tarde o
temprano, se acaba pagando.
P. Bien, pero no me ha respondido a mi pregunta sobre qué
sintió cuando ZP anunció que vendría a Ceuta.
R. Mucha alegría. Aunque yo ya sabía que el presidente tenía
muchas ganas de venir a Ceuta.
P. ¿Rezó para que la indisposición del presidente no
arruinara el viaje?
R. En absoluto. Yo sé que es un hombre joven y fuerte y que
terminaría recuperándose de esa gastritis vírica, siempre
tan molesta, para viajar hasta esta tierra. De todos modos,
se le notaba que había perdido kilos.
P. Cuál fue el menú que se sirvió en la cena que le
ofrecieron ustedes?
R. No cenamos. Lo que sí hicimos es charlar, mientras él
daba cuenta de una tortilla a la francesa con algunas
lonchas de jamón y un plátano triturado.
P. ¿Está convencida de que muchos militantes del PP
deseaban que José Luis Rodríguez Zapatero, alegando
cualquier motivo, hubiera desestimado, a última hora, el
venir a Ceuta?
R. Por supuesto. No me cabe la menor duda (risas). No se
puede usted imaginar lo enfadados que estaban muchos porque
ZP estaba cumpliendo con lo prometido. Incluso me consta que
ponían velas negras para que la visita se malograra. Velas
que también ponen, en ocasiones, para pedir contra mí. Algo
que me produce mucha risa.
P. ¿Piensa usted que le hacen vudú?
R. No. Pero sí que algunos tienen malos pensamientos contra
mí. Ja, ja, ja.
P. ¿Puede ser considerada como apuesta fuerte la visita
de ZP?
R. Sin duda. Y, naturalmente, esa visita nada tiene que ver
con las visitas de un Aznar que venía a decir, más, más,
más... Como acto electoral.
P. ¿Qué ha significado para usted, como secretaria
general de los socialistas de Ceuta, el que ZP pusiera los
pies en esta tierra?
R. Algo muy importante. Si ya lo era para los ciudadanos y
para el gobierno de la Ciudad, para mí suponía un hecho de
suma importancia. Porque era algo que yo me había marcado en
mi andadura como secretaria general.
P. ¿Cómo vivió la visita?
R. Con serenidad. Pero, a su vez, con esa alegría que se
tiene cuando consigues hacer realidad una cuestión
pendiente.
P. ¿Se emocionó?
R. Claro que sí. Y me sucedió en dos o tres ocasiones.
P. ¿Qué fue lo más destacado que le dijo el presidente?
R. Que le seguía encantando la ciudad. Y, sobre todo, lo
mejor es que entendió la necesidad que tenían los ciudadanos
de que viniera. Y salió muy satisfecho del trato recibido
por éstos. Que fueron los verdaderos protagonistas de ese
día.
P. ¿Esperaba el recibimiento institucional que le
dispensó Juan Vivas?
R. Yo sabía que no iba a darse ningún tipo de problema.
Puesto que mi confianza en las instituciones es ilimitada. Y
creo, además, que ZP no se merecía ningún tipo de
descortesía. Ni él ni ningún otro presidente que hubiera
tomado la decisión que él tomó.
P. ¿Se ha enterado de que en el PP hay personas que
piensan que Vivas se pasó en atenciones?
R. Ello es consecuencia del problema de la gente que no
tiene todavía las ideas muy claras al respecto.
P. ¿Por qué razón no hicieron ustedes la debida
propaganda de la visita para que los ciudadanos se hubieran
tirado a la calle a celebrar momento tan histórico?
R. Nosotros lo que quisimos, desde el primer momento, es
separar la parte institucional de la parte política. Tal es
así, que nuestra reunión con el presidente, la tarde en la
cual llegó, creímos conveniente no darla a conocer a los
medios de comunicación.
P. Es decir, se puede deducir de lo que me está diciendo,
que no quisieron hacer con su nombre propaganda del partido.
R. La verdad es que lo primero que pensamos es que había que
ser elegante y no acaparar la visita como algo perteneciente
a los socialistas. Sino que fuera tenida como lo que
realmente era: una visita de un presidente del Gobierno para
todos los ceutíes.
P. Empezaron diciendo de ZP que era lo más parecido a “Bambi”;
luego, que era bobo de solemnidad; y ahora resulta que lo
están ya calificando de tener sonrisa de hiena. ¿Cómo es ZP?
R. ZP es una gran persona. Un magnífico presidente y un
líder, nuestro gran líder: a quien queremos muchísimo, a
quien admiramos y por el que luchamos todos los días.
P. ¿Se ha dado cuenta de que sus adversarios se están
poniendo en guardia al percatarse de que está saliendo más
listo de lo que pensaban de él.
R. Zapatero es un hombre muy listo y muy valiente. Lo que
suele suceder es que la gente tiende a simplificar y a
desprestigiar todo lo que no cuadra con sus ideas. A mí, por
ejemplo, salvando las diferencias, tratan también de
humillarme con afirmaciones personales que no se
corresponden con la realidad.
P. ¿Acaso sufre usted cuando la tachan de neurasténica?
R. No creo que mi manera de ser, siempre dispuesta a la risa
y en permanente estado de vitalidad, tenga nada ver con
ningún tipo de neurastenia. Lo que sí quisieran algunos es
verme callada. Puesto que no les interesa mi manera de ser.
P. Volvamos a la visita de ZP. ¿No cree que le ha echado
el presidente bemoles al asunto?
R. La visita era difícil. Y no conviene engañarse al
respecto. Ya que han pasado 26 años desde que vino Adolfo
Suárez. Pero José Luis es un hombre valiente y, sobre todo,
él prometió cambios durante su mandato y es algo que está
cumpliendo.
P. ¿Qué le parece que el diputado, Francisco Antonio
González, declare que ZP ha venido a Ceuta para lavar su
imagen?
R. Impresentables esas declaraciones. Simple y llanamente
impresentables. Y espero que en 2008 ya no sea diputado.
Pues ya está bien de soportarlo.
P. ¿Estuvo usted, días atrás, reunida con María Teresa
Fernández de la Vega?
R. ¿Quién le ha puesto al tanto de ello? ¿Acaso cuenta usted
con espías en el interior de nuestro partido?
P. ¿Acaso no ha venido de Madrid con la cartilla
aprendida en relación a cómo ha de actuar a partir de ahora
en su labor opositora?
R. No.
P. ¿Se negó el presidente del Gobierno a hacer
declaraciones por evitar decir algo que pudiera ser
analizado de manera sinuosa?
R. El presidente del Gobierno no suele hacer declaraciones
cuando visita algún territorio. Suele hacerlas si en ese
territorio se celebra un Consejo de Ministros.
P. Si antes le he preguntado por las declaraciones
realizadas por el diputado del PP, ahora me toca recordarle
las hechas por Aróstegui. ¿Qué le parecen?
R. Tras la visita del presidente, algunas personas se han
quedado sin discurso. Y Aróstegui es una.
P. ¿Está esperanzada en que la visita repercuta
favorablemente en las urnas para los socialistas de Ceuta?
R. Indudablemente. Pero más que la intención de voto, lo que
sí tengo claro, como caballa que soy, es que se ha echado
abajo esa maldad que algunos medios y ciertas personas se
encargaron de propalar, sobre que los socialistas éramos
promarroquíes y que no defendíamos con entereza nuestra
tierra.
P. ¿Sabe que ha habido quienes escribían todos los días
contra ZP y que cuando éste llegó enmudecieron? Yo los he
calificado de escapistas.
R. Para mí es una actitud de cobardía. Cobardía en unas
personas que desprecian todo lo que no les gusta.
P. ¿He oído decir respecto a usted, no ha muchos días,
que se comporta a veces con la seriedad de un guardia civil
cuando está de servicio. ¿Es así?
R. Bueno, mi marido me dice a veces que soy mitad guardia
civil y mitad monja.
P. ¿La aguanta su marido?
R. Mi marido es un encanto. Y creo que lo mejor que he hecho
en mi vida es casarme con él.
P. Cabe preguntarse si el Gobierno programará, ahora, la
visita del Rey.
R. Todo tiene su tiempo. Pian, piano.
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