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SOCIEDAD - LUNES, 6 DE FEBRERO DE 2006


clases de equitación. nicol´s.

reportaje / discapacidad
 

Asociación Síndrome de Down:
hacia la conquista laboral

El colectivo ha cosechado mucho éxito con sus calendarios, ilustrados con imágenes de niños y artistas que han pasado por Ceuta. Las primeras mil unidades están agotadas
 

CEUTA
Mada M.
madamartinez@elpueblodeceuta.com

La ‘chica de febrero’ es María; y el chico, Paco Valladares. Ella le enseña cómo dar el biberón a un muñeco; el actor observa atentamente la acción. La imagen pertenece al calendario que la Asociación Síndrome de Down ha elaborado para 2006. Cada mes pertenece a un niño y a un actor o cantante que, durante su paso por la ciudad, colaboró con el colectivo para sacar adelante el proyecto. Las instantáneas son de Alejandro García, el ‘fotógrafo oficial’ de ASD, que colaboró desinteresadamente en el proyecto, lo mismo que Diego Sastre (Papel de Aguas) que maquetó el calendario. “Para las sesiones, que fueron de marzo a septiembre”, explica García, “aprovechamos momentos antes o después de las actuaciones; los niños estaban un poco nerviosos pero se portaron muy bien. Los actores y cantantes se portaron como auténticos padrazos”. Se refiere a gente como Nati Mistral, Noa, David Civera, Andy y Lucas, Isabel Pantoja, Niña Pastori, Raphael, Los Morancos, Concha Velasco, Antonio Márquez y Arrebato. “Todos fueron muy solidarios y aceptaron posar para el calendario”, señala María Luisa Villadén, presidenta de la Asociación desde hace dos años. El colectivo se puso en contacto con Cultura, una vez decidieron apostar por esta iniciativa que ya había tenido éxito en otras ciudades de España. Así, la Consejería sirvió de puente con los artistas y, a partir de ahí, todo ha sido coser y cantar. Los calendarios han tenido tanta aceptación que, en menos de una semana, se han agotado las primeras mil unidades, -costeadas por las veinte empresas colaboradoras- lo que ha obligado a la Asociación ha hacer un nuevo pedido de 300. Cada uno cuesta seis euros, dinero que se invierte directamente en la formación de los niños y jóvenes con Síndrome de Down, la mayoría de los cuales acude al centro de San Antonio para recibir educación.

¿Y cuál es la función de ASD en Ceuta? “Complementar esa formación”, indica Miguel Gutiérrez, su tesorero. Él, al igual que María Luisa, tiene una hija de 14 años (“en plena edad del pavo”, comenta Villadén sonriendo) con Síndrome de Down.

Comenzaron a moverse como colectivo hace más de diez años, cuando, a la vista de los nacimientos de niños con esta discapacidad intelectual en la ciudad, el Imserso incitó a los padres a asociarse. Al principio, eran menos de diez familias; hoy en día superan la treintena (además de los 130 socios que colaboran con ellos) y esperan seguir aumentando. ¿Por qué? Villadén recuerda el momento en el que conoció la noticia de que su hija nacía con este síndrome y como, más tarde, recibió el apoyo de la Asociación “y me despejé al momento”. La incertidumbre sobre lo que implica esta discapacidad asusta a muchos padres en un primer momento. “Ellos sólo van a cámara lenta”, explica la presidenta de ASD, “pero acaban llegando”. Su hija María dejó el pañal al año y medio y comenzó a andar a los dos, sólo un poco más tarde que el resto de los niños. Por eso María Luisa invita a todas las familias a conversar con los integrantes del colectivo. “Les podemos dar un apoyo enorme y ayudarles con sus inquietudes”. Para ellos está el Programa de Familias, una actuación que, en colaboración con el Hospital y el Imserso, facilita el contacto de los padres con la asociación en los primeros días de vida del bebé, un momento que “se les puede hacer muy crudo; ASD está ahí para destraumatizar”.

Pero, más allá de que los padres despejen sus dudas y afronten sus miedos y preguntas, ASD centra sus esfuerzos en la formación integral de los chavales. El programa educativo de la Asociación es amplio, pero su ambición es todavía más grande. De momento, ofrecen clases de logopedia; apoyo psico-pedagógico (para complementar los contenidos que adquieren en el colegio); hay tiempo para el desarrollo cognitivo y la psico-motricidad; clases de habilidades sociales; hidroterapia (en colaboración con el Instituto Ceutí de Deportes) e hipoterapia.

Esta última actividad estimula muchos a los niños. Arancha Márquez, monitora de equitación y propietaria de una escuela ubicada en el complejo rural Miguel de Luque, dedica su tiempo a enseñar a los chicos a acercarse al caballo, tocarlo, montarlo y disfrutar de la naturaleza. Pero esta monitora reclama más ayudas para poner en marcha “clases de verdad”; actualmente, los padres costean las lecciones y Arancha, en solitario, las imparte todos los días, a excepción de los lunes, aunque lo habitual es “limitarse a dar paseos”. Márquez ha madurado un nuevo proyecto: una escuela para discapacitados (con los que trabaja desde hace cuatro años) que quiere montar en colaboración con el ICD y Procesa. “Quiero poner en marcha algo serio para ellos”, indica Arancha mientras sube a Adam y a María, dos de sus alumnos más aplicados, sobre un caballo de pelaje parduzco. Cuando el tiempo acompaña, la clase se convierte, para niños y padres, en una jornada campestre. La familia es quien más tiempo pasa con estos chicos. “María y yo somos un paquete”, asegura María Luisa Villadén. Por eso, su mayor preocupación es el futuro, cuando ella ya no pueda ocuparse de su hija. ‘¿Qué pasará cuando yo no esté?’ es una pregunta que la presidenta y el tesorero de ASD se han hecho muchas veces. Por eso apuestan porque, tras la formación básica de sus hijos, estos puedan acceder al mercado laboral y a pisos tutelados, iniciativas que ya han prosperado en el resto del país. En Ceuta, por falta de medios económicos, todavía son sólo deseos. “En el ámbito laboral queda mucho por hacer”, se lamenta Villadén. Los chicos Síndrome de Down necesitan una preparación constante e individual, que ha de empezar a edades tempranas. Eso, por un lado, Una vez que se consiguiera desarrollar un programa de inserción laboral, sería imprescindible contar “con el apoyo empresario”: entidades que contrataran sus servicios. La integración social de las personas con Síndrome de Down es un hecho, aunque aún no se confíe plenamente en su capacidad para desempeñar un puesto de trabajo. A poco que se investigue, aparecen infinidad de proyectos laborales en España que están funcionando perfectamente. Villadén recuerda el caso de un ordenanza y una auxiliar administrativa que trabajan en la Administración de Granada. La sociedad seguirá sorprendiéndose con lo que pueden llegar a hacer estos chicos.

‘Chispa’ laboral

En el centro de San Antonio, ha comenzado a desarrollarse un programa de integración social en una casa adaptada. Aprenden a realizar actividades domésticas y a desenvolverse en un vivero. “Se necesita delimitar muy bien el puesto que van a desempeñar”, explica Miguel Gutiérrez, “e incluso se podrían crear algunos específicos para ellos”. “Demandamos una preparación laboral”, insiste Villadén, “talleres que les habiliten para el futuro”. La presidenta anuncia que entre sus próximos proyectos está la formación en tecnologías, concretamente con ordenadores: “tienen mucha habilidad para ello”. Aunque casi lo más inmediato será la preparación del calendario 2007. El próximo viernes María Luisa Merlo llega a la ciudad con una obra teatral. Allí estarán María, Adam, Lucía y más niños para ser de nuevo ‘chicos calendario’ por su propio futuro.
 


Luis, encargado junto a su hermano del negocio familiar

Repartos, facturas, ruta de recados bancarios. Luis ayuda a su hermano con el negocio familiar, ‘La boutique de la limpieza’. “Mi padre ya se ha retirado”, explica este joven de 32 años mientras camina en dirección a su casa; es poco más de la una del mediodía y la comida espera. A pesar de que asume su responsabilidad laboral, Luis reconoce que, de vez en cuando, “me escaqueo un poco”. En casa, también “ayudo a mi madre; barro, recojo la cocina, a veces friego o saco a la perra a pasear”, comenta, aunque una de las cosas que más le apasiona es el fútbol, en concreto, el fútbol sala, que practica en el equipo de AMPROS a las órdenes de Mariano Andreu. “Vamos muy bien, hemos goleado”, señala orgulloso. En la liga nacional, Luis reconoce su simpatía merengue, pero sobre todo, su fidelidad al AD Ceuta, al que de vez en cuando va a ver los domingos con sus amigos. La siesta y “ver películas” son otras de sus aficiones. Luis es, probablemente, el único joven Síndrome de Down que desempeña un trabajo en la ciudad y lo hace con la diligencia adecuada, ni más ni menos. Más allá de recibir educación, lo que la Asociación demanda es una inserción real en el mercado de trabajo. “Son diferentes, pero son capaces”.
 

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