El presidente del Gobierno Central, José Luis Rodríguez
Zapatero, participó ayer en el Consejo Nacional del Partido
Socialista Catalán (PSC). En su intervención, habló sobre el
Estatut, sobre los ‘papeles de Salamanca’ y también sobre
Ceuta y Melilla.
El presidente señaló que visitar ambas Ciudades Autónomas no
le resultó “una decisión fácil”, aunque no quiso entrar en
más detalles.
La dificultad de esa decisión la equiparó con la del proceso
de criterios seguido en la crisis de los ‘papeles de
Salamanca’. El jefe del Ejecutivo, en cualquier caso, asume
la decisión de la visita a ambas ciudades porque “lo que
tiene mérito es fortalecer la convivencia democrática”.
Zapatero aprovechó su discurso para recordar los proyectos
que tiene su Gobierno en cartera y que convertirán este
período gubernamental en una “época de avances y conquistas
democráticas, con la paz, la convivencia democrática y la
extensión de los derechos cívicos y sociales como eje”. Así,
citó la Ley de Igualdad o la Ley de Dependencia, pero hizo
especial hincapié en resaltar su confianza en “el fin de la
violencia” en el País Vasco.
Reacciones en Marruecos
La visita que el pasado martes y miércoles hizo el
presidente del Gobierno a Melilla y Ceuta no estuvo exento
de polémica tanto en la oposición del Partido Popular como
fuera de nuestras fronteras, en el vecino Marruecos. Los
primeros exigieron al jefe del Ejecutivo que reafirmase la
españolidad de ambas Ciudades Autónomas, algo que no se
produjo y que en los principales periódicos marroquíes se
tomó a bien hasta el punto de que rotativos como ‘La
nouvelle tribune’ titularon su información: “Zapatero en
Ceuta y Melilla, mucho ruido para nada” señalando que la
visita respondía a “motivaciones y objetivos relevantes de
la política interior del país”.
El diario ‘Aujourd’hui le Maroc’ destacó que Zapatero “no
hizo referencia específica al carácter español de estos
territorios reivindicados por Marruecos tal y como deseaba
la oposición”. En cuanto a las relaciones bilaterales entre
ambos países, el periódico decía que “a pesar de las
críticas emitidas por el portavoz del Gobierno, Nabil
Benabdellah, que había calificado la visita de inoportuna,
el secretario de Estado de Comunicación, Fernando Moraleda,
había negado cualquier tipo de tensión”.
En este mismo sentido se manifestaba la revista ‘Tel quel’
que afirmaba que la visita de Zapatero no había provocado
ninguna crisis diplomática entre Madrid y Rabat ya que el
presidente había sido muy discreto. Su enviado especial
señalaba también en esta información que “los marroquíes de
los presidios no están encantados con la visita pero son
raros aquellos que creen en la marroquinidad de los
presidios”.
El rotativo más crítico con la visita ‘La nouvelle tribune’
señalaba que “existe un desacuerdo profundo desde siempre en
torno a esta cuestión aunque no hay que considerarlo como
prioritario en el examen de nuestras relaciones
bilaterales”. Sin embargo, en la misma información se
mostraba confiado en que esta situación cambie “como fue el
caso de Macao y Hong Kong para China”.
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