Tras clavar la rodilla en el doble desplazamiento a las
canchas del Puerto Sagunto y del Puertollano, la Unión
África Ceutí asumió quedarse fuera de la lucha por las dos
primeras plazas en el grupo D de la Primera Estatal de
balonmano, las que dan derecho a disputar la fase de
ascenso. Sin embargo, los pupilos de Julio Latas se
concienciaron para reencontrarse con la victoria y mantener
inexpugnable el pabellón Díaz-Flor, donde sólo sabían sumar
de dos en dos. Un objetivo menor al que ayer también
tuvieron que dar carpetazo, ya que sucumbieron en el derbi
norteafricano ante el EBIDEM Melilla (23-27), el vigente
campeón. El cuadro melillense siempre mandó en el marcador y
llegó a tomar una renta de ocho tantos, aunque el cuadro
unionista, pese a estar mermado física y anímicamente,
apretó los dientes al final y llegó a ponerse a dos goles
por debajo. Lástima que la reacción caballa, plena de
carácter y corazón, llegara tan tarde.
Latas apostó de inicio por Bratanovic bajo palos, Dani
Olivares, Munir, Ramón García, Pedro Bago, Campins y Pablo
Vaca. Un septeto que disputaría casi en su integridad los
primeros treinta minutos del partido. Y es que el entrenador
gallego, que no pudo contar con el servicio de los
lesionados Hugo Garza y Ángel Ruiz, prefirió reservar para
la reanudación a Jorge Vendrell y a Pablo Olivares, tocados
por diversas molestias.
La UA Ceutí pudo aguantar el tipo durante el primer cuarto
de hora, quince minutos en los que el orden defensivo de
ambos equipos neutralizó las precipitadas acciones ofensivas
(5-6). No obstante, los ceutíes aflojaron su intensidad en
la retaguardia y se limitaron a orquestar el ataque en torno
a Pablo Bago, cuya aportación -siete goles- no impidió que
los visitantes se marcharan al descanso con una ventaja de
cuatro tantos (9-13).
En el segundo período, los unionistas acusaron el cansancio
-más mental que físico- y el EBIDEM abrió una brecha de ocho
goles en el minuto 46 (12-20) gracias al acierto de Pedersen
(4 goles), Capel (6) y, sobre todo, Jordi Fernández (8).
Cuando todo parecía perdido, los de Latas tiraron de casta y
protagonizaron una reacción liderada por Dani Olivares que
les dejó a sólo dos goles del rival (22-24). La pena es que
sólo restaban dos minutos y el Melilla no perdió los
nervios.
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