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Una vez más, uno de los políticos
que más cariño profesan a esta tierra, el popular Javier
Arenas estuvo en Ceuta. El líder del PP de Andalucía dio
cuenta, explicó, los argumentos que ha mantenido para que en
la reforma del Estatuto de Autonomía de Andalucía, la Ciudad
Autónoma de Ceuta disponga de un respaldo de mayor calado al
que actualmente tiene desde la Junta andaluza.
Arenas que se reunió con el presidente de Ceuta, Juan Vivas
y con el presidente de los populares ceutíes explicó con
detalle la argumentación sobre las relaciones que Andalucía
y Ceuta debieran mantener desde el punto de vista andaluz.
En este sentido, la modificación pretendida se basaría en
convertir una Disposición Adicional en articulado del Título
Noveno del Estatuto de Autonomía andaluz.
En defnitiva, además de introducirlo en el articulado y no
dejarlo como actualmente está, en la Disposición Adicional,
contaría con un cambio de término ya que desaparecería la
palabra “podría” por la de “mantendrá”. El texto quedaría
como sigue: “La Comunidad Autónoma de Andalucía mantendrá
unas especiales relaciones de colaboración, cooperación y
asistencia con la Ciudades Autónomas de Ceuta y Melilla”.
Esta es la propuesta que defiende el PP de Arenas en
Andalucía y la que debe, o no, respaldar Chaves (PSOE).
En tanto Arenas marchaba a mediodía hacia Melilla el Consejo
de ministros ha tomado razón de otro asunto de arenas -si se
nos permite el juego de palabras-. En concreto, se ha
autorizado la obra de emergencia para la recuperación de la
Bahía Sur y la reparación de los daños del acceso al Foso
Real en Ceuta porque se “ha observado el aterramiento del
canal de acceso al Foso Real, un canal que sirve de entrada
y salida de la flota pesquera artesanal de Ceuta”.
De este modo, la toma de consideración y las medidas a
ejecutar dan pie a pensar que antes de la primavera podría
verse solucionado lo que parece un problema enquistado y de,
cuanto menos, complicado arreglo.
Al menos, los pescadores deben saber que el Ejecutivo adopta
medidas tendentes al restablecimiento de la normalidad.
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OPINIÓN / EDITORIAL
