Son tantas las horas de
aburrimiento que tengo que soportar, mientras recupero mis
condiciones fisicas, que me cuadro los ojos viendo la caja
tonta donde, cada día, es más fácil comprobar, la falta de
programas que merezcan la pena, perder unos minutos en
echarles un vistazo. De pena.
Hasta las cadenas que se dedican a la consabida telebasura,
están empezando a perder clientela, debido a la espera de
que aparezcan nuevos personajes capaces de crear algún
interés, al personal seguidor de esta clase de programas de
telebasuras, que siguen contando con los mismos personajes
de siempre diciendo, una y otra vez, sus consabidas
batallitas, que les permiten ganar unos euros y seguir
viviendo del cuento, con la de mano de obra que se necesita
para recoger fresas en Huelva o en la construcción.
Una pena que existán esta clase de programas, y que tengan
que recurrir, una y otra vez, a los mismos actores de
siempre, variando algo de lo que, en esa ocasión, deben de
contar.
Porque las historias que cuentan todos estos “trabajadores”
y “trabajadoras”, siempre son las mismas, las junteras, las
separaciones, de nuevo lasjunteras, de nuevo a separarse y
que si un torero se ha ido de juerga con otros toreros o si
han visto a un señor acompañando a una señora hasta la
puerta de su casa, donde se han despedido dándose un beso de
amistad.
Que para ellos, contadores de noticias, algunos hasta
haciéndose famosos vendiéndo sus propios cuernos, eso del
beso de amistad encierra más de lo que alguien se piensa.
Esa es la noticia del día y donde cada uno de estos
tertulianos, casi analfabetos se permiten el lujo de dar su
opinión, poniéndo, como vulgarmente se dice, a “parir” al
señor y a laseñora que se han dado ese beso de amistad.
Y si deja, usted, esta clase de programas, se encuentra con
otros que, también, tienen tertulianos que, entre otras
cosas, están en poseción de toda la verdad, cuando hablan
son cátedra, defendiéndo al partido político al que
pertenecen o por el que sienten simpatías, sin dar ni un
mínimo de “cancha” a los que ellos consideran sus enemigos y
hay que batir de la forma que sea para ver, si es posible,
desaparezcan del mapa político espñaol, aunque el partido
lleve trás de si más diez millones de votantes. Manda.. el
asunto.
Nada pues de extrañar, que se pierda audiencia, a pasos
agigantados, al comprobar como la vieja presentadora se
inclina más que un barco con mar de fondo cruzando el
estrecho, rodeándose además de unos contertulios, todos de
la misma cuerda y que atacan, siempre, a los mismos, sin
darle ni la más mínima oportunidad de defenderse.
Así le va el programa a esta vieja presentadora, que se ha
creído, en su egocentrismo, ser la reina del no va más de
las presentadoras de televisión, pero que la competencia le
está comiendo el camino a pasos agingantados, encontrándose,
en los momentos actuales, en índices de audiencias muy
superior al de la vieja presentadora y a ese grupito de
entendidos en política, donde destaca alguien que cuando se
sienta los píes no les llegan al suelo y que debería de
cuidar, muy mucho, su dentadura, porque cuando toma a plabra
y se decide a hablar da una fea sensación ver su dentadura.
Ya lo dijo aquel, una imagen vale mas que mil palabras. Pues
a cuidar la imagen tocan.
Es defensora a ultranza a todo lo que sea de izquierda, con
un inmenso odio, que no puede disimular, a todo cuanto huela
a la derecha.
La izquierda, le dio un cargo que tuvo que bandonar porque
las audiencias iban de mal en peor.
No hay nada más defensor de una idea que un estómago
agradecido.
Y mientras todo esto ocurre, en las distintas cadenas, que
se dedican a esos programas donde intervienen estos
tertulianos ganando una pasta gansa, y algnos de ellos con
ciertos poderes incluido el pinganillo en la oreja
mostrando, cada día, un alto nivel de incultura, no echado
en cuenta que para eso estuvieron, en ese fenomenal
programa, llamado el Gran Hermano, miles de periodistas,
gente joven y universitaria, se tienen que buscar la vida
como pueden o en el mejor de los casos, esperar que le den a
un cámara y a buscarse la vida, para encontrar noticias, que
aportar a esta fauna de personajes, que no son nada en la
vida pero que estuvieron en algunos de esos programas
organizados por las distintas telebasuras.
Si estos miles de periodistas en vez de ir a la universidad,
a estudiar la carrera de periodismo, se hubiésen presentado,
a uno de estos programas seguro que, en estos momentos,
estarían colocados formando parte de esa fauna de
tertulianos.
Así se escribe la historia, una historia real que se vive
encada pueblo de España, donde no están todos los que son
,ni son todos los que están.
Se busca la mediocridad, para evitar que a lods políticosde
turno, le puedan hacer sombras. Y eso se consigue, aceptando
a los más médiocres y rechazando a quienes estén preparados.
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