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Aunque, de momento, no de modo
oficial. Es decir, no a través de los portavoces del
gobierno que le rinde cuentas permanentemente a Mohamed VI,
Marruecos sí se ha pronunciado oficiosamente desde el
momento en que tanto L’opinion como Al Alam, dos diarios
trabajando al dictado de lo que ofrece el gobierno marroquí.
Y lo ha hecho volviendo a utilizar soeces palabras contra la
realidad de Ceuta y Melilla a las que llaman reiteradamente
“presidio”, cuando no “ciudades ocupadas”.
Lo cierto y verdad es que, pese a quien pese, el presidente
del Gobierno de España llega oficialmente como tal a visitar
estas dos españolísimas realidades en el continente
africano. Donde siempre, desde hace entre cuatro y cinco
siglos, han estado; bajo la pertenencia del reino de España.
Dos ciudades que evolucionaron, al igual que el resto del
país y quedaron configuradas dentro de la estructura de
España como país ‘in secula seculorum’ y así se reconoce,
como no podía ser de otro modo, en la actual Constitución.
Del mismo modo que aparecerá reflejada en el texto de la
futura Constitución si es que se reformara.
Marruecos, que se beneficia de la suculenta ayuda española;
que se beneficia de la muy suculenta ayuda europea; que se
beneficia de la sanidad pública española por cuanto la
ciudadanía de las regiones limítrofes a Ceuta y Melilla
utilizan los servicios médicos españoles y se lucra -su
población norteña- del movimiento mercantil diario, no puede
y no se le debe permitir que insulte o que utilice cualquier
tipo de presión (chantaje) a un país como España al que,
junto a Francia, debe tener como aliado para su propio
interés. Un interés que no debe volverse amenaza, ni
insulto.
Mientras tanto, la visita de Zapatero llega en un buen
momento. Se trata del día en que los musulmanes celebran su
año nuevo islámico (El Hjira 1427) y los representantes de
este colectivo en Ceuta ya se han adelantado a celebrar la
visita del presidente del Gobierno de España.
En este día tan especial EL PUEBLO DE CEUTA quiere expresar
las felicitaciones más sinceras a todos los musulmanes
ceutíes.
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OPINIÓN / EDITORIAL
