Cuando José Antonio Muñoz decidió mantener una reunión con
las autoridades deportivas, casi recién terminada la
temporada, para comunicarles su intención de dejar la
presidencia de la Asociación Deportiva Ceuta, estaba ya
perfectamente informado de que su renuncia iba a ser
recibida con alborozo por quienes llevaban marcadas las
directrices de lo que allí se tenía que hablar, a fin de que
no hubiera la menor posibilidad de que él se volviera atrás
de lo anunciado.
Así, en cuanto el presidente se interesó por la subvención,
los enviados a parlamentar le dijeron que no habría convenio
y sacaron a relucir una serie de normas cuyos resultados
harían posible que en enero se conocieran los dineros que el
club podría percibir. Taimada manera de hacerle ver que su
concurso ya no interesaba y que lo mejor era que dejara la
presidencia. Es decir, que se diera el piro sin mucha
dilación.
En aquellos momentos, las autoridades deportivas que
acudieron a la cita reseñada, empezaron a generar la ruina
de un equipo que, durante nueve temporadas, había estado
escribiendo las mejores páginas futbolísticas de los últimos
tiempos. No se trata de culparlas de la situación por la
cual está pasando el club en todos los aspectos, sino de
recordarles que un error es perdonable, pero conviene
destacar que lo inadmisible es la contumacia en seguir
equivocándose. Lo cual está sucediendo actualmente.
Desde luego a mí no me ha extrañado nada el lío en que se ha
metido Ernesto Valero. De hecho, y aunque deba redoblar el
tambor, días atrás recordé los vaticinios que hice por
escrito en aquellas fechas veraniegas cuando mucha gente
saltaba de gozo al comprobar que, al fin, José Antonio Muñoz
dejaba de ser presidente de un equipo que había jugado seis
promociones de ascenso y que se había enfrentado en la Copa
del Rey al Barcelona, Málaga, Mallorca, Betis y Albacete,
siendo todos ellos clubes de Primera División. Anuncié que
semejante despropósito terminaría poniendo al equipo al
borde del abismo deportivo y económico: el tiempo me ha dado
la razón, desgraciadamente.
Porque Ernesto Valero, amén de las declaraciones inoportunas
y malintencionadas que sigue haciendo contra los directivos
anteriores y especialmente contra José Antonio Muñoz,
continúa también sin tener la menor idea de cómo gestionar
un club al que se sumó para tener más fácil el acceso a
ciertos negocios que le rondaban por la cabeza. Lo cual se
ha demostrado, una vez más, con lo que ha manifestado
durante esa conferencia de prensa celebrada el miércoles
pasado. En ella, el presidente de la AD Ceuta ha vuelto a
dar muestras evidentes de estar en Babia. Y me pregunto:
¿cómo un empresario tan hábil, acostumbrado a negociar, no
se ha dado cuenta de que el aval de José Antonio Muñoz era
un puente de plata que le estaban tendiendo para que su
salida del fútbol fuera lo menos gravosa posible para él en
todos los sentidos? Y, cómo no, para que sus desatinos no
salpicaran a los políticos que se convirtieron en avalistas
suyos, sabiendo que usted era un negado en asuntos
balompédicos.
Sus declaraciones del miércoles, créame, no han hecho más
que seguir poniendo de relieve que dirigir un equipo de
fútbol no es algo para lo que esté capacitado. Pero hay
empeños que descubren los puntos débiles de las personas y
los dejan con el trasero al aire. ¿A quién quiere usted
engañar diciendo que hasta ahora, es decir, siete meses
después de haber accedido a la presidencia, no ha conocido
cuál era la deuda del club? ¿Tantas ganas tenía usted de
figurar como presidente de la AD Ceuta cómo para haber
obviado algo tan fundamental? También entiendo que usted
dijera no saber nada de fútbol, pero precisamente por ello
debió no tirarse un pegote tal cual: “El equipo jugará la
promoción de ascenso.
En lo tocante a pagar la deuda con la AFE, condición
imprescindible para fichar nuevos jugadores, y la petición
hecha por usted a la Federación de Ceuta para que medie ante
los organismos de la FEF, con el propósito de que ésta se
convierta en su aval ante la Asociación de Futbolistas
Españoles, me parece que es poner a Ceuta en entredicho.
Aunque espero que recobre el sentido común y deje de pensar
que esa ayuda, la que no tuvo la Asociación Deportiva Ceuta
en El Ferrol, sea porque usted es el presidente. Porque si
es así, usted es menos avispado de lo que yo esperaba. Toda
gestión que se haga o se haya hecho, entérese, está
encaminada a que ciertas autoridades duerman tranquilas por
el lío en que usted se ha metido y que ellas, las
autoridades, saben que es contraproducente para la imagen
que desean tener.
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