La actualidad política se centra en nuestra ciudad en la
renovación del Pacto de Empleo. Y dado el alto grado que dan
las cifras de paro, por una parte, y las pocas posibilidades
de creación de puestos de trabajo por la iniciativa privada,
a pesar de los esfuerzos que se vienen realizando en este
sentido desde la Asamblea de nuestra Ciudad, por otra, se
hace necesaria la renovación de un nuevo Pacto que
estabilice, siquiera sea, la situación de los trabajadores
que venían prestando sus servicios como consecuencia de
dicho acuerdo, aunque lo deseable debería ser el incremento
de plantilla y con ello la subsiguiente reducción del índice
de paro.
Por ello estimamos como primordial la necesidad de que se
formulara un compromiso entre el Gobierno, Ciudad Autónoma y
Agentes Sociales y Económicos que coadyuvaran a la creación
de empleo, a la mejora de la capacidad empresarial y a la
competitividad de los trabajadores, dentro de un marco
estable y duradero que perdurara siquiera el tiempo
suficiente para la básica formación profesional de los
obreros que se contraten como consecuencia del Pacto. Las
siguientes premisas, que se podrían encuadrar en mejoras de
la “capacidad empresarial”, “formación profesional”,
“prevención de riesgos laborales” y “competitividad”,
creemos deberían presidir los acuerdos, aparte, claro está,
de los salarios y demás beneficios sociales que son, con los
diversos apartados que hemos relacionado, de obligatoria
inclusión en el documento que se formule al efecto. Y
aclaramos:
- Una “capacidad empresarial” como agente económico que en
el caso que nos ocupa parta del mismo Gobierno (y aportación
de la Ciudad Autónoma), concediendo estimables subvenciones
que, si comparamos con las que se dan a sectores como el
carbón, la industria naval o actividades agrarias, serían
claramente insubstanciales.
- Una adecuada “formación profesional” no limitando al
trabajador a faenas de peonaje exclusivamente, como, salvo
raras excepciones principalmente en lo a que algunas tareas
directivas se refiere, se viene realizando y facilitándole
unos conocimientos, -posteriormente les serían de mucha
utilidad para la consecución de un nuevo empleo-, que bien
pudieran ser de jardinería, albañilería o pintura,
principales especialidades relacionadas con las faenas para
las que han venido siendo contratados actualmente.
- Un compromiso formal de desarrollo de acciones formativas
y especial cuidado en la prevención y estricta aplicación de
la “Ley de Prevención de Riegos Laborales”, concienciando al
trabajador de la importancia de preservar su integridad
física así como una adecuada política de Seguridad e Higiene
en el Trabajo y, por último,
- Un serio convenio entre las partes que obligue a la
competitividad, o sea, de normal “productividad” por los
trabajadores que encuentren como contraprestación en el
Pacto que nos ocupa una solución a sus demandas de empleo
acompañadas de un salario justo, y nunca una situación de
subsidio fácil o posibilidad de acceso, sin las debidas
condiciones de preparación, mérito y capacidad, a un puesto
de la Administración Estatal o Autonómica.
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