Continúa la espera. Toda la ciudadanía de Ceuta y, por
supuesto, los tres imputados en el caso ‘Bermúdez’ siguen
aún sin conocer el veredicto del jurado popular designado
para el caso y que parece dispuesto a agotar las 48 horas
que tiene de plazo para tomar una decisión.
En la tarde del martes y una vez que concluyó el juicio
oral, el presidente del tribunal, el magistrado Emilio
Martín Salinas, se reunió con los miembros del jurado para
explicarles el objeto del veredicto. Ello consiste en
narrarles, en párrafos separados y numerados, los hechos
alegados por las partes y que el jurado deberá declarar
probados o no diferenciando, además, entre aquellos que
fueran contrarios a los acusados y aquellos que resultaran
favorables. El juez empleó toda la tarde del martes en este
apartado por lo que las deliberaciones no comenzaron hasta
ayer.
Aunque, a priori, pudiera parecer que el momento de la
votación, que por supuesto es secreta, es algo que se
soluciona rápidamente, esto no es así ya que los miembros
del jurado deben someter a votación a cada uno de los
párrafos en que se describen los hechos. Punto éste en el
que el proceso se ralentiza si existe una disparidad de
opiniones entre los jurados, como así parece ser.
Después de una jornada entera de deliberación y de reuniones
con el magistrado que lleva el caso, todo apunta a que, al
igual que entre los vecinos de Ceuta, las opiniones están
divididas y nadie quiere dar su brazo a torcer y cambiar de
postura.
Sea como fuere, el hecho es que después de más de ocho horas
de reunión a puerta cerrada, el jurado popular que se
encarga de juzgar el caso ‘Bermúdez’ no lo tiene nada fácil.
Los tres implicados, Susana Bermúdez, Antonio Sampietro y
Francisco Cazalla, deberán continuar una noche más sin saber
si deberán hacer frente a una cuantiosa multa o si, por el
contrario, después de más de seis años, se considera que no
existen pruebas de la comisión de un delito de cohecho.
Aunque, aparentemente, no muestran su nerviosismo, los
acusados si reconocen estar “cansados” de la espera. A pesar
de que su culpabilidad supondría hacer frente a un pago de
una multa de 300.000 euros, Francisco Cazalla asegura que ya
no le importa y que lo único que quiere es que se acabe todo
ya. “Ni siquiera el veredicto va a servir para cambiar la
opinión de la gente” -explica- “en su momento, los ceutíes
hicieron su propio juicio y no van a cambiar de idea con el
resultado”.
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Las consecuencias del juicio paralelo
Contrario a lo que pudiera
parecer, a Francisco Cazalla no le parece mal que se
investigue el caso. Asegura que entiende que si hay
sospechas de la comisión de un delito la Fiscalía lo
investigue aunque asegura que todo esto le hizo “mucho
daño”. Quiere conocer el veredicto y pasar página cuanto
antes porque no cree que la decisión del jurado tenga
demasiada trascendencia en la calle: “me declaren culpable o
inocente, en Ceuta la gente ya tiene formada su opinión y no
creo que la cambien”. Si el jurado declara la culpabilidad
de los tres imputados, deberán hacer frente a un año de
cárcel, seis de inhabilitación para ejercer cargo público y
una multa de 300.000 euros. Si no, tal vez regrese al
movimiento vecinal “que es lo que me gusta”.
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