Se han venido repitiendo hasta la
saciedad las palabras que Ortega y Gasset pronunció en su
día sobre que Cataluña era un problema. Pero la frase es
incompleta, pues el filósofo, de quien quiso hacer mofa
Alfonso XIII, con gran perjuicio para él, dijo que era un
problema que había que conllevar. Es decir, usó el verbo
justo en su segunda acepción, que dice lo siguiente: “Llevar
con paciencia, o tratando de atenuarlos, los inconvenientes
de algo o alguien”.
Con paciencia está conllevando el fútbol español las salidas
de tono de Samuel Eto’o: excelente futbolista que, de no ser
negro, ya estaría sambenitado por los cuatro costados.
Puesto que el camerunés, desde que fichó por el Barcelona,
ha dado motivos sobrados para ser castigado ejemplarmente.
Recordemos lo de “Madrid cabrón...” “O he de trabajar como
un negro para vivir como un blanco”. Amén de otras lindezas.
Y la reciente falta de incivismo ha sido la de escupirle a
un jugador vasco.
Con Eto’o se están teniendo muchas consideraciones, tal vez
porque nadie quiere ser tachado de racista y mucho menos los
dirigentes del fútbol español. Es un caso evidente del
enorme complejo de muchos españoles ante el problema de
convivencia que se nos ha presentado, en los últimos años,
con la llegada masiva de inmigrantes con un color de piel
distinto al nuestro. El trato de favor que se le viene
dispensando al extraordinario delantero, por más que
infrinja las normas más elementales de educación, doblemente
peligroso en él por ser un icono en el cual se supone que
deben estar mirándose muchos niños, termina produciendo el
efecto contrario a lo que se persigue. Que el racismo cunda
más entre nosotros.
Cierto que la respuesta de Javier Clemente, diciendo que
escupen quienes bajan del árbol, tampoco es de recibo. Pero
tampoco puede esperarse mucho de un señor, que por ser
nacionalista confeso, se le han estado riendo todas las
gracias y a quien se proteje como si formara parte de una
especie magnífica en estado de extinción. Un Javier Clemente
que habla todo el tiempo como si fuera un maestro de la
ironía y causa pena cada vez que le ofrecen un micrófono
desde el cual destroza cuanto de bueno pueda tener esa
figura retórica. Pues en el intento de hacer burla fina, el
más listo de los vascos produce grima por sus declaraciones
esperpénticas.
De todos modos, volvamos al comienzo de estas líneas:
Cataluña es un problema que hay conllevar. Pero a un precio
muy alto, la verdad sea dicha. Y para muestra el botón de
ese Estatuto, asunto desafortunado desde su comienzo y que
ha hecho posible que España se haya convertido en una jaula
de grillos. Nada extraña, pues, que Fernando Savater lo
considere como una especie de pseudoconstitución, inflada,
arrogante y disparatada, hecha por quienes ni siquiera creen
en lo que firmaron. Y también que José Antonio Durán Lleida,
secretario general de CIU, curándose en salud y mirando por
sus intereses, declare “Que el que haya Estatuto ni es
traumático ni impide que seamos socios del PSOE”. Y
reconozca , además, que él nunca imaginó que el PSC acabara
aceptando las propuestas de CIU. Creí, continúa diciendo
Durán Lleida, que un paso así del PSC se convertiría en un
quebradero de cabeza para el PSOE, como así ha sido.
Aunque como en el caso de Clemente contra Eto’o, tampoco son
de recibo, en esta España desordenada y confusa, por causa
de la arrogancia de los antiespañolistas, las palabras del
senador del PP por Melilla, Carlos Benet, recordando que
“Pavía entró en el Congreso a caballo, Tejero con pistola y
Zapatero con un tren de cercanías”.
Menos mal que, en esta ocasión, Ángel Acebes hizo el quite
correspondiente y dejó a su partido en buen lugar. Nos toca,
pues, conllevar cualesquiera despropósitos que cometan tanto
los inmigrantes como los nacionalistas de la periferia.Que
de los otros, nos libra Dios.
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