La tarde de ayer no se presentaba como la más propicia para
la disputa de un partido de fútbol, ya que la presencia de
la lluvia podía deslucir el juego y el frío tampoco era un
buen compañero para los veintidós jugadores que saltaran de
inicio el terreno de juego.
La lluvia dio una tregua cuando iba a iniciarse el encuentro
y el frío desapareció a los pocos minutos de iniciarse la
contienda, de eso se encargaron los jugadores de ambos
equipos, que pusieron el partido calentito, calentito.
La abundante agua caída en los últimos días se había ido
acumulando en el artificial del Martínez Pirri con lo que el
balón rodaba mucho más rápido de lo habitual y era de
esperar que el cansancio se acumulara en las piernas de los
jugadores antes de lo acostumbrado por lo pesado del terreno
de juego. Con estos antecedentes, se podía prever que las
entradas a destiempo y los resbalones estuvieran a la orden
del día, y así fue.
El San José, que se ha reforzado mucho desde la primera,
vuelta llegaba al Martínez Pirri con la intención de sumar
sus tres primeros puntos fuera de casa con un planteamiento
muy directo abusando, sobre todo en los primeros minutos de
los balones largos, adelantando su líneas confiando en la
solidez de su guardameta Gato, que se convirtió durante
muchos minutos en la pesadilla de Javi Hernández.
Las primeras ocasiones del partido fueron para el Ceuta, con
Badredin y Javi Hernández como protagonistas, pero la más
clara de ellas, en el minuto nueve, fue obra del San José
cuando Jonathan cuando se plantó solo delante de Paco, pero
su disparo fue a dar en el cuerpo del meta local.
En el diecisiete, Emi ponían nuevamente a prueba a Paco con
un lanzamiento de directo de falta que hizo lucirse a paco,
ya que el balón aunque alto iba entre los tres palos.
Pero la jugada que pudo cambiar el sino del partido se
produjo en el minuto 23, cuando Ramón realizó una entrada a
destiempo sobre el jugador número dos Edu, que Celadero
señaló y con la tarjeta amarilla en la mano para amonestar
al jugador del Ceuta, ambos jugadores se enzarzaron en un
rifirrafe que acabó con los dos jugadores antes de tiempo en
la ducha.
Con los dos equipos con diez jugadores sobre el terreno de
juego, en el 33, Javi Hernández tuvo en sus botas el uno a
cero, pero Gato, providencial despejó el duro disparo del
jugador ceutí.
Poco después, Javi se encontraba otra vez con la efectividad
de Gato que en una soberbia estirada sacó una mano genial
que mandó el lanzamiento de Javi a corner.
En la última jugada de la primera parte, Alfredo pudo ser
protagonista de la jugada desgraciada del partido cuando al
intentar centrar desde la línea de fondo en el giro se
‘notó’ la rodilla, pero que afortunadamente no pasó a
mayores.
Tras la reanudación, Javi Hernández a pase de Alfredo se
plantaba de nuevo ante la portería de Gato pero este
desbarató sus intenciones haciéndose con el esférico.
Manu realizó un cambio táctico pasando a un 3-4-2,
adelantando a Badredin a la media punto y pasando a Nico al
medio campo, para dar más mordiente a su juego.
En el 56, Rafa de potente lanzamiento de falta hacía lucirse
a gato y un minuto más tarde Celadero señalaba penalti por
falta de Lobo a Juan Antonio, que por dos ocasiones se
encargo de materializar Javi Hernández.
Tras el gol, el técnico visitante realizó el primer cambio,
introduciendo a Chiqui para incorporarse al ataque, lo que
hizo reorganizar las filas del Ceuta, llevando otra vez a
Nico atrás.
En el 64, el recién incorporado agradeció la confianza de su
técnico marcando el uno a uno, en una desafortunada jugada
en la que el despeje de Jaime fue recogido por Jonathan y
este de cabeza da el pase para que su compañero marque.
Pero la alegría de los sevillanos duró tan sólo tres
minutos, el tiempo que tardó Badredin en firmar un bello
tanto, al hacerse con un rechace y batir por bajo al portero
Gato, de potente disparo, duro y raso.
Pero si en la mente de los sevillanos quedaba alguna
esperanza de conseguir aunque fuese un sólo punto, Javi
Hernández se lo quitó de la cabeza ya que conseguía la
recompensa a su empeño por llevarse el gato al agua, y batir
al portero del San José cerrando el marcador con el tres a
uno definitivo.
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