En los pasillos del grueso de centros de trabajo de la
Ciudad Autónoma huele a nicotina; los trabajadores que fuman
empiezan a asumir la nueva normativa legal, pero aún no está
normalizada. Los ceniceros de las empresas son trasladados
al descansillo; cigarro rápido y vuelta a la mesa, a este
respecto, los espacios comunes ya empiezan a respetarse.
Sobre esta controvertida ley, ayer se celebró una jornada,
que llevaba por título ‘El consumo de tabaco en los centros
de trabajo: su nueva regulación’, en la que intervinieron el
jefe del área de la Inspección de Trabajo del ministerio de
Trabajo y suntos Sociales, José Cruces y el inspector médico
del Instituto Social de la Marina, Manuel López.
En la charla, que fue organizada por la Mutua de Accidentes
laborales (MAZ), estuvo presente el personal de los
departamentos de recursos humanos; los responsables de la
gestión de personal de las empresas mutualistas y las
asesorías de trabajo colaboradoras del MAZ.
Cambios
La jornada informativa enfocó el trastorno social que
conlleva la prohibición de fumar en los centros de trabajo.
Así, los técnicos explicaron al público los cambios
implícitos en la nueva situación legal, ya que establece
sanciones para las personas que incumplan las disposiciones
formuladas en la ley antitabaco.
Tras la velada, ponentes y respetable tomarón un agapé.
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